jueves, 6 de octubre de 2011

LA VIDA DE STEVE JOBS

Steve Jobs era sin duda un gran genio, un hombre fuera de serie, un ser único entre los seres que han formado parte del planeta tierra al través de la historia, y que puede ser comparado con los grandes inventores, como Tomás Edison, por ejemplo. Todos tenemos una gran deuda contraída con este hombre extraordinario, en razón de los beneficios que ha legado a la humanidad, en sus grandes inventos relacionados con la informática y las comunicaciones.

De Steve Jobs todos podemos imitar su determinación para vencer los obstáculos que le estorbaban, a fin de salir adelante y lograr lo que se había propuesto en la vida.

Pero al ver a Steve Jobs, el gran genio de las computadoras recientemente fallecido, hablar sobre su vida y su creencia acerca de la existencia, me doy cuenta que su esperanza no estaba puesta en Jesucristo. Me doy cuenta que su libre pensamiento lo llevó por caminos equivocados en materia de fe. Me doy cuenta de su relativismo que rechaza toda ortodoxia en materia religiosa, aunque no se atreviera a hacer lo mismo con las matemáticas o la física, por considerarlas como ciencias exactas. Ahí está precisamente el error: Negar la verdad revelada de la Biblia como verdad absoluta, aunque se la respete como la verdad de otro. La verdad es que no basta con respetar la verdad de los cristianos para estar en paz con ellos y con su Dios, hace falta creer en Cristo como Señor y Salvador para poder estar en paz con Dios, con el Dios de la Biblia, con el único que hay, porque no hay otro, y uno solo es el que salva, Jesucristo, el Unigénito Hijo de Dios. Esto es lo único que vale, no importa que seamos analfabetos viviendo en el anonimato o que seamos genios famosos conocidos por todo el mundo.

¨Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?¨ (La Biblia, en Mateo 16:26).

Leandro González 

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