miércoles, 19 de julio de 2023

El Hombre


Salmo 8:4

¨¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo visites?¨.

     Hablar del hombre es hablar de antropología, que es la ciencia que se encarga del estudio del hombre. En este sentido la antropología platónica plantea que el hombre es un ser dual, un ser con un cuerpo y con un alma. Hasta aquí la teoría de Platón concuerda con la fe cristiana que plantea que el hombre no es sólo materia, aunque la Biblia reconoce otro componente en el ser humano, el espíritu: ¨y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio¨ (Eclesiastés 12:7). El pasaje típico en este tema del hombre es el que encontramos en I Tesalonicenses 5:23: ¨Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo¨. Así que el hombre es un ser compuesto de una parte material y una parte espiritual.  

     Pero hay contradicciones importantes en la antropología platónica respecto de la revelación bíblica, y es el hecho de que Platón planteaba la preexistencia del alma y además consideraba el cuerpo del hombre como una cárcel para el alma. Con respecto a la preexistencia hemos ya explicado que sólo Jesucristo es preexistente por su condición de Dios. En relación a considerar el cuerpo del hombre como una cárcel, esto implicaría a decir que el cuerpo es algo malo, y la Biblia nos dice que Dios hizo todo bueno, inclusive el cuerpo del hombre: ¨Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera¨ (Génesis 1:31).

     Platón enseñaba que el cuerpo en el hombre es el causante de todos los males, como si el hecho de ser un ser físico es lo que ha traído desgracia a la humanidad. Pero según la Biblia, el hombre no peca porque tenga un cuerpo, pues antes de ser pecador el hombre poseía un cuerpo, y esto no le era ocasión para pecar, fue después que el hombre pecó que todos los vicios y bajas pasiones empezaron a hacerlo esclavo: ¨Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?¨ (Génesis 3:10,11). Antes de que pecara, el cuerpo no era un estorbo para él: ¨Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban¨ (Génesis 2:25). Siguiendo esta misma idea, la Biblia nos plantea que el hombre redimido y restaurado, luego de su resurrección, tendrá un cuerpo incorruptible:¨Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad¨ (I Corintios 15:53).

      El hombre necesita su cuerpo porque su cuerpo es parte inherente de lo que él es. Es con su cuerpo que el hombre transmite emociones a su ser, es por ello que necesita ser abrazado y abrazar, ser acariciado y acariciar. Hoy más que nunca se hace necesario que nosotros expresemos nuestro afecto sincero a los demás con las acciones de nuestro cuerpo. Que hagamos sentir de forma física el amor a nuestras esposas, a nuestros hijos, a nuestros familiares y amigos.

     Desde tiempos inmemoriales el hombre se ha hecho las siguientes preguntas: ¿Quién soy?, ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? Pues en esta ocasión veamos qué tiene que decirnos la Biblia a este respecto. 

     En esta noche contestaremos la pregunta planteada por el salmista en el Salmo 8:4: ¨¿Qué es el hombre?¨. Con los siguientes planteamientos haremos un esfuerzo por dar respuesta a esta interrogante tan antigua: 1) El hombre es un ser creado, 2) El hombre es un ser tripartito, y 3) El hombre es un ser moral.

 1.- El Hombre es un Ser Creado.

     El hombre, como todas las cosas que existen, no es producto de la casualidad, sino que es el resultado de la mano de Dios. La Biblia dice que después que Dios había creado todas las cosas en la tierra, hizo al hombre de manera especial: ¨Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza¨ (Génesis 1:26).

     Dios hizo al hombre. Esto es muy diferente de lo que se plantea en muchas aulas universitarias, de que el hombre es producto de la evolución, una teoría que no ha podido ser demostrada, y que por lo tanto queda descartada como ciencia. Pero los hombres impíos, en su necedad de negar la existencia de Dios, se empecinan en patentar una cosa que está harto sabido no cumple con el rigor científico. Cada hombre y cada mujer necesita reconocer a Dios como su Creador: ¨Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado¨ (Salmo 100:3).

     El profeta Isaías, indignado por la torpeza del pueblo de Israel en dar a Dios la debida honra, comienza su discurso con estas palabras: ¨Oíd, cielos, y escucha tú, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi pueblo no tiene conocimiento¨ (Isaías 1:2,3). 

  Adán, cuyo nombre significa ¨hombre¨, ¨humanidad¨ o ¨padre de la humanidad¨, es el primer ser humano creado por Dios, seguido de Eva su mujer, cuyo nombre significa ¨madre de todos los vivientes¨(Génesis 3:20), que fue la primera mujer que hizo Dios. Eva fue dada por Dios al hombre como una compañera idónea, pues Dios había advertido la soledad del hombre como algo que no era bueno: ¨Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él¨ (Génesis 2:18). Fue entonces cuando Dios preparó el escenario para  realizar su más bella obra: ¨Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne¨ (Génesis 2:21-24).  Así nació el amor entre el hombre y la mujer, como algo planeado por Dios para la felicidad de la humanidad. Aprovechamos para Alabar a Dios por el amor romántico y por la amistad que en el día de hoy 14 de febrero se celebra en el mundo. Aprovechamos para felicitar a los hombres y mujeres que disfrutan su noviazgo, la unión feliz del matrimonio y cultivan una sincera amistad.

    El hombre fue hecho de la tierra, los compuestos físicos del hombre son oriundos de la tierra. El hombre es un ser de la tierra, fue hecho para vivir en la tierra. Dios, como gran artista supremo, formó al hombre del polvo de la tierra, lo modeló con el barro y luego sopló en su nariz aliento de vida: ¨Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente¨ (Génesis 2:7). 

     Como un ser creado el hombre no es un ser totalmente independiente. Aunque está en capacidad de tomar su propia determinación, no es libre de elegir las consecuencias. Dios hizo al hombre con el llamado ¨libre albedrío¨, pero ese ¨libre albedrío¨ está condicionado a la disciplina de Dios como su Hacedor. El hombre está conminado a funcionar de acuerdo a las instrucciones de su formador:¨Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel¨ (Isaías 43:1). Cada vez que el hombre ha actuado de espaldas a su Dios, ha sufrido graves consecuencias.  

     Como un ser creado, el hombre no está abandonado de Dios, más bien Dios es responsable por el sustento del hombre, aún en aquellos que viven en desobediencia: ¨Para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos¨ (Mateo 5:45). Así que el hombre necesita de Dios para vivir. Es Dios quien le proporciona al hombre todo lo necesario para su sustento diario al igual que a los animales. Jesús dijo que el hombre debe pedir de Dios su sustento y que debe estar confiado de Dios como lo están los animales, pues de todo lo creado en la tierra, el hombre es el  más valioso: ¨más valéis vosotros que muchos pajarillos¨ (Mateo 10:31). Nuestro Señor Jesucristo, en su oración modelo del padrenuestro, incluye esta sublime petición: ¨El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy¨ (Lucas 11:3). 

     Por muy autosuficiente que el hombre se considere, siempre necesita de Dios para vivir. Esto habla de la fragilidad del hombre. El hombre, aún con todo su vigor y poder económico, no podría hacer nada si no fuera por la voluntad de Dios. En este sentido nos dice nuestro Señor Jesucristo cuánto es el monitoreo de Dios en torno a todos nosotros: ¨Pues aun vuestros cabellos están todos contados¨ (Mateo 10:30).

 2.- El Hombre es un Ser Tripartito.

     Cuando decimos esto nos acogemos al texto bíblico de I Tesalonicenses 5:23: ¨Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo¨. Pero es claro que entendemos que el hombre es un ser dual, o sea, que al mismo tiempo que es materia, también es un ser espiritual, que posee una esencia espiritual, intangible, donde se enmarca el alma misma.

     Primeramente hablemos del cuerpo. Hemos escuchado decir siempre que el hombre es más que el cuerpo que vemos, esto sin demeritar de ninguna manera la obra perfecta de Dios que es la anatomía humana. Porque el cuerpo del hombre es más que simplemente la casa donde este habita. El cuerpo es el hombre. El hombre sin su cuerpo no es una persona íntegramente. Con lo que nosotros nos identificamos visual y físicamente  del hombre o de la mujer, es con su cuerpo. Es tan importante el cuerpo del hombre que la Biblia nos enseña que  nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo: ¨¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?¨ (I Corintios 6:19).  Por eso hay instrucciones acerca de cuidar nuestro cuerpo, de no dañarlo, y se nos manda a amar a nuestras esposas como a nuestros mismos cuerpos: ¨Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos¨ (Efesios 5:28).

     Es tan importante nuestro cuerpo que será redimido igual que nuestra alma para que volvamos a ser íntegramente nosotros en la resurrección. Y acerca de los que estemos vivos cuando ese momento de la segunda venida de Jesucristo se efectúe, la Biblia nos dice que deberemos ser transformados en un abrir y cerrar de ojos: ¨He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados¨ (I Corintios 15:51,52). De esta manera seremos revestidos de un nuevo cuerpo el cual será un cuerpo glorificado, inmortal e incorruptible.

     La Biblia nos enseña que lo físico en el hombre fue primero que lo espiritual: ¨Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual¨ (I Corintios 15:42). Esto nos plantea el hecho de que el hombre fue hecho para disfrutar su cuerpo, para  vivir a gusto con él y para sentirse bien con ser una entidad tangible. Dios hizo al hombre del polvo de la tierra nos dice la Biblia: ¨Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente¨ (Génesis 2:27).

     Si pensaba que su cuerpo no era importante, sepa que lo es tanto, que Jesús está en el cielo en su cuerpo glorificado, como un ser anatómico real.

    Ahora hablemos del alma. Aunque es verdad que la Biblia considera en algunos pasajes el alma como el ser total del hombre, el hombre íntegramente; no es menos cierto que también el hombre posee un alma aparte de su cuerpo. Así lo podemos ver en estas palabras de nuestro Señor Jesucristo: ¨Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno¨ (Mateo 10:28).

     Nuestra alma se puede definir como el asiento de nuestra voluntad. Es en el alma donde se encuentran contenidos nuestros anhelos, nuestras creencias, nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras pasiones. Nuestros hechos están grabados en nuestra alma. Todo cuanto hemos vivido, todo cuanto hemos dicho, todo cuanto hemos hecho, todo cuanto hemos pensado, está grabado allí. Nuestra alma es para nuestro cuerpo lo que es el  chip para la computadora. Cuando una persona muere, su alma se separa de su cuerpo y así el cuerpo queda solo, vacío, sin identidad y sin memoria.

     Se puede decir que Dios ha puesto eternidad en el alma del hombre; note como dice la Biblia: ¨Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin¨ (Eclesiastés 3:11). Entonces el hombre tiene un alma inmortal. Esta parte del hombre, una vez que es hecha por Dios, no muere nunca.

     En tercer lugar, toquemos el tema de nuestro espíritu. Como somos una unidad de tres componentes, y esto es algo categórico en la Biblia, pues el apóstol Pablo no lo hubiera expresado así si esto no fuera crucial, tenemos que considerar el espíritu como algo diferente del alma. Volvamos al pasaje de  I Tesalonicenses 5:23 y leámoslo de nuevo: ¨Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo¨.

      El espíritu, al igual que el alma es invisible a los ojos del hombre en su estado físico. El espíritu del hombre es lo que se puede comunicar con el Espíritu de Dios: ¨El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios¨ (Romanos 8:16). Cuando el hombre muere, la Biblia nos dice que el espíritu vuelve a Dios que lo dio: ¨y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio¨ (Eclesiastés 12:7). Pudiera ser que el espíritu cohabite juntamente con el alma, y durante la vida del hombre se vuelva uno con él y sea en esencia el hombre mismo ante la presencia de Dios.

     Cuando nos arrodillamos para orar, para buscar de Dios, es nuestro espíritu, nuestra persona intangible, lo que se puede comunicar con Dios y adorarle plenamente: ¨Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren¨ (Juan 4:24). Se puede decir que cuando uno expira y entrega su espíritu, está en sí entregando su alma, su ser no tangible,  en las manos de Dios, tal y como lo vemos cuando Jesús y Esteban murieron: ¨Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. Y habiendo dicho esto, expiró¨ (Lucas 23:46) y  en Hechos 7:59: ¨ Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu¨. Como podemos ver el hombre es un ser complejo, pues está hecho por el Dios que también es complejo.

     Así que queda claro que el hombre es íntegramente la unión de cuerpo, alma y espíritu; que sin alguna de estas partes el hombre no es un ser humano. Esta es una de las maneras como podemos ver la imagen y semejanza de Dios en el hombre, ya que en esa composición humana, vemos el reflejo de la trinidad divina. Por causa de la importancia de un cuerpo tangible en el hombre, como parte de su composición total, es que el hombre tiene que resucitar, pues la resurrección en el creyente implica la redención de su cuerpo.

 3.- El Hombre es un Ser Moral.

     El hombre es responsable de su vida delante de Dios, es responsable por la creación que le ha sido entregada. Se puede decir que Dios lo puso como administrador o mayordomo de todo lo que había creado en la tierra: ¨Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra¨ (Génesis 1:28). El hombre recibió de Dios el señorío de todo lo creado (Salmo 8). Pero este señorío no es absoluto, sino que como administrador de todo lo creado el hombre debe dar cuenta a Dios del uso o abuso que ha hecho de las cosas puestas bajo su cuidado: ¨Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta¨ (Hebreos 4:13).

     El hombre no fue puesto aquí en la tierra sin condiciones, sino que Dios le fijó límites, unos límites que lamentablemente el hombre traspasó para su propia perdición. Estos fueron  los límites según Génesis 2:16,17: ¨Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás¨. Y esta es la consecuencia inmediata por haber traspasado esos límites, según Génesis 3:16,17: ¨A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida¨. 

     Todo lo que el hombre hace está regido por las leyes de Dios, tanto las leyes físicas como las leyes espirituales, por eso sufrirá consecuencias por sus actos, diferente de los animales que son seres amorales. Su caída responde a esta condición. Por causa suya, por el hecho de su responsabilidad, toda la creación fue sujetada a vanidad, el planeta fue afectado de forma negativa. La creación sufre la ira divina por el pecado del hombre: El diluvio universal, la destrucción de Sodoma y Gomorra, los desastres naturales, las enfermedades, las guerras, etc. son muestras de esa realidad.

     El hombre transfiere el pecado, las enfermedades, los virus , todos los males y la muerte a las generaciones presentes y futuras. El pecado pasó a todos los hombres por causa de Adán, por causa de esto todos los hombres tarde o temprano pecan (Romanos 3:23). 

    Precisamente para deshacer la obra del maligno en la humanidad, Dios ha enviado a Jesucristo, el Adán espiritual, para hacer regresar a los hijos de Dios a la relación a la que estaban verdaderamente  destinados.

 Leandro González

 Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao , República Dominicana, el 14 de Febrero de 2010.

 

domingo, 11 de septiembre de 2016

PARÁBOLA DEL CRECIMIENTO DE LA SEMILLA

Marcos 4:26-29

¨Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado¨.

Esta parábola sólo se encuentra en el evangelio según San Marcos.
Aparte de los dos momentos cumbres en el proceso de vida de una semilla, que son: cuando se siembra y cuando se siega o se recoge, existen tres tiempos decisivos después que es sembrada: Hierba, espiga y fruto maduro. El Señor Jesús está comparando el crecimiento del reino de los cielos con el de una semilla en el campo. El resultado de lo que producirá el reino de Dios en una persona, sigue asimismo un proceso lento pero seguro que dará como resultado final una persona convertida, regenerada, santificada y glorificada.

Viendo esta comparación que el Señor hace del reino con el misterioso crecimiento de una simple semilla, veamos las similitudes que esto tiene con el reino de Dios:

1.- El Reino de Dios Tiene Su Propio Mecanismo Para Crecer.

Una cosa importante en esta parábola es ver cómo el agricultor no se percata de cómo es que la semilla crece, él sólo sabe que crece, por las evidencias en el proceso. El agricultor sabe que existe un misterio inherente en el crecimiento de la semilla, sabe que no depende de él, sino de una fuerza sobrenatural. De la misma forma, la manera como se realiza el proceso de crecimiento del reino en la vida del creyente es algo sobrenatural, algo que corresponde sólo a Dios: ¨porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad¨ (Filipenses 2:13).

Así como es competencia sólo de Dios el crecimiento de la semilla en el campo, algo en lo que el agricultor no tiene nada que ver, de la misma manera es el establecimiento del reino de Dios en nuestras vidas, algo que es competencia únicamente de Dios.

Sabemos que la semilla es el evangelio, la palabra de Dios, la cual tiene vida en sí misma, la cual guarda en su interior toda la potencia del poder de Dios: ¨Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego¨ (Romanos 1:16).

El término griego que define la efectividad del proceso de la semilla en  la tierra en Marcos 4:28, con un poder contenido en sí misma es ¨αυτοµατη¨ ¨automatei¨, que significa ¨por sí sola¨ o ¨de sí misma¨, ¨de suyo¨ dice la traducción en Marcos 4:28: ¨Porque de suyo lleva fruto la tierra¨. Ella actúa automáticamente, por un mecanismo puesto por el Creador en su composición. De este término griego es que viene el concepto de nuestras máquinas automáticas, las cuales tienen un mecanismo que una vez activado, pueden operar por sí solas.

Cuando predicamos, los resultados no dependen de nosotros, sino del Señor, del poder inherente en su mensaje, y lo que él es capaz de producir en la vida de los que escuchan y son receptivos. Dios ha puesto el mecanismo para su desarrollo, para que produzca los frutos esperados, así como lo hace la semilla en el campo.

Así como todas las cosas que tienen vida han sido dotadas por Dios con un mecanismo para su reproducción y crecimiento, cosa esta que se ve en las plantas, en los animales y en las personas; de la misma forma, en lo que concierne al crecimiento del reino, Dios juega el papel principal de hacer que se cumpla el propósito para el cual ha sido establecido: ¨Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié¨ (Isaías 55:10,11).

2.- No Podemos Acelerar el Crecimiento del Reino de Dios.

Así como no podemos acelerar el crecimiento de la semilla, no podemos alterar su proceso natural, de la misma forma no podemos interferir en el proceso de Dios con respecto al crecimiento de su reino, no podemos ayudar a Dios, pues Dios sabe lo que hace y cuándo lo hace. Por causa de querer hacer las cosas a la manera humana, Abraham cometió el error de tener un hijo con su esclava, y esto trajo consigo consecuencias desastrosas para su familia y para el mundo. Dios tenía un plan con él, y ese plan se iba a desarrollar cuando él quisiera y como él quisiera: ¨Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho¨ (Génesis 21:2).

Debemos aguardar que se hagan las cosas como Dios las ha determinado, para eso se requiere de paciencia y se requiere confianza en Dios, aun cuando nos parezca que Dios no actúa.

El contenido del evangelio debe ser siempre el mismo, no se puede modificar, no se puede cambiar el mensaje para hacerlo atractivo, no funciona de esa manera.
El verdadero evangelio no es atractivo para el mundo caído, por eso muchos están disfrazando el contenido del evangelio con técnicas que atraen a las personas, pero a la larga ningún resultado auténtico será logrado, ninguna cosa que llene las expectativas del Señor podrá ser lograda utilizando las artimañas o los artilugios del mundo para convencer a los perdidos.

La obra de convencimiento acerca de la condición de pecado, y de la necesidad de entrar por la puerta estrecha en el reino de los cielos es una obra exclusiva de Dios, lo único que nosotros podemos hacer es lo que hace el labrador con la semilla, sembrarla, ponerla en el campo, y esperar pacientemente que Dios haga la obra.

El contenido del evangelio es el que va a provocar el milagro de la transformación de la vida en una vida nueva. La Escritura, la revelación de Dios al hombre, es lo que operará los cambios que son necesarios: ¨Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra¨ (2 Timoteo 3:16,17). Cualquiera otra cosa será siempre simple maquillaje. 

Dios no está apurado, pero a nosotros parece que nos preocupa la lentitud del crecimiento, queremos ver resultados rápidos, parece como que no estamos acostumbrados a esperar, queremos las cosas ya. Es necesario que sintonicemos con Dios y entendamos que no es sino en el tiempo de Dios que las cosas verdaderas suceden.

Nosotros podemos tener muchas actividades y podemos utilizar estrategias para hacer que la gente simpatice con la iglesia, pero nunca lograremos con esto que las almas se conviertan genuinamente, nunca lograremos entrar un pecador al reino de los cielos, ya que esta es sólo obra del Señor, es prerrogativa divina, en la cual de ninguna manera podemos participar. 

William Carey, el padre de las misiones modernas, tuvo que esperar siete años en la India para ver el primer convertido.

3.- Los Resultados del Reino de Dios se Verán al Final.

El Señor Jesucristo no busca desprestigiar el trabajo del labrador, el cual siembra, cuida, vigila, protege y limpia el campo, pero sin duda alguna que lo que el Señor está enseñando aquí es la poderosa obra de Dios en hacer que crezca su reino, muy al margen de los cuidados de cualquiera de nosotros. Podemos hacer mucho, podemos gastarnos en esfuerzos por querer hacer cosas para Dios, en favor de Dios, en obediencia a Dios, pero en definitiva nada podremos lograr sin su poder, por mucho que nos afanemos.

El poder de Dios es el que hace que todo cuanto hagamos llegue a tener sentido y llegue a producir frutos dignos. Lo que él produce es lo importante, lo que podemos llegar a producir bajo su influencia, eso es lo que verdaderamente vale. En este sentido la Biblia nos manda a declararnos siervos inútiles cuando hayamos hecho con gran esfuerzo todo cuanto se nos ha encomendado: ¨Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos¨ (Lucas 17:10).

Note que el Señor compara el reino con una semilla, un elemento muy pequeño, pero tiene un poder grandioso, puede convertirse en un gran árbol con grandes raíces capaces de destruir el asfalto y el cemento de las aceras. Esto ocurre lentamente, sin que nos percatemos, y cuando nos venimos a dar cuenta, ya la raíz ha hecho su trabajo ocultamente.

De la misma manera el reino de Dios, por muy pequeño que sea su comienzo, por muy humildes que sean los hermanos que compongan un grupo de creyentes, ahí está el Espíritu Santo de Dios, todo el poder de Dios en la vida de ese pequeño grupo. Así que cuando se predique el evangelio y la gente oiga y crea, no importa cuán duros de corazón sean, el poder de la Palabra de Dios hará que se produzcan las transformaciones necesarias, el Espíritu Santo operando en el interior de cada vida consagrada, irá abriéndose camino hasta lograr el propósito de Dios.

El reino de Dios crecerá en este mundo independientemente de nuestros esfuerzos, y llegará el día, que será en el final de los tiempos, cuando el Señor habrá de cosechar lo que sembró: ¨y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado¨ (Marcos 4:29). Este versículo nos recuerda otro con el mismo significado en el Antiguo Testamento: ¨Echad la hoz, porque la mies está ya madura¨ (Joel 3:13). Sabemos que la siega es en la ¨parusía¨, del griego παρουσία (parousía), que significa ¨presencia o llegada¨, en la parusía de Cristo, su segunda venida, cuando ya todos los que deben entrar en el reino hayan entrado, cuando ya la historia haya llegado al grado de madurez esperado por el Señor.

Cada uno de los creyentes que genuinamente vive la vida cristiana, un día será recogido por el Señor y llevado a su presencia: ¨Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor¨ (1 Tesalonicenses 4:16,17).

Leandro González

Sermón predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 11 de septiembre de 2016.

domingo, 4 de septiembre de 2016

LA PARÁBOLA DE LA LÁMPARA

Mateo 5:14-15
¨Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa¨.


Esta parábola es conocida como ¨la parábola de la lámpara bajo el celimín¨ o ¨la lámpara debajo de un Almud¨ (El celimín y el almud eran una especie de cajón que servía como medida de capacidad, y que no hace mucho todavía se usaba en algunos países de Europa). 
  
Esta parábola la encontramos en los tres evangelio sinópticos: Mateo 5:14-15; Marcos 4:21-25 y Lucas 8:16-18. Pero esta parábola tiene su explicación en la versión que encontramos en el Sermón del Monte de Mateo 5:14-15. 

En la tumba del presidente John F. Kennedy, que se encuentra ubicada en el Cementerio de Arlington, se puede ver un monumento que consta de una llama, así se denomina: La llama Eterna. Esta llama siempre tiene que estar encendida. Fue la viuda del presidente, la Primera Dama Jacqueline Kennedy, la que solicitó esta llama eterna para la tumba de su marido asesinado. Esta idea de la Primera Dama fue inspirada en la llama eterna en la Tumba del Soldado Desconocido que existe en el Arco de Triunfo de París, en Francia.

De la misma forma que esta llama encendida en estos monumentos, en esta parábola se hace énfasis en la necesidad de una lámpara que esté siempre encendida, una llama que nunca se apague.

En este sentido, en esta parábola podemos encontrar unos significados relacionados con la llama que nunca puede ser apagada, que involucran a Cristo, el evangelio y la iglesia. A Cristo como la fuente de esa luz, el evangelio como la antorcha que la contiene y a la iglesia como la portadora que camina por el mundo llevando esa luz a dondequiera que va. 

Veámoslo de la siguiente manera:


1.-  Jesucristo Es La Luz Que no se Puede Ocultar.

Jesucristo es la luz del mundo, así lo dice él mismo en la Biblia: ¨Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida¨. (Juan 8:12).

Jesucristo no vino a este mundo para ocultarse, sino para revelarse, para revelar al Padre: ¨A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer¨ (Juan 1:18).

Jesucristo es en este sentido la suprema revelación de Dios al mundo, la culminación de la revelación de la verdad que Dios había venido revelando, y que ahora se muestra al hombre en su modo más excelso: ¨Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas¨ (Hebreos 1:1-3).

Aunque Jesús fue ocultado de Herodes cuando era niño, para salvaguardarle de sus amenazas de muerte, pero fue anunciado su nacimiento a los pastores que estaban en el campo por medio de una multitud de seres angelicales que llenaron el cielo esa noche de grandes resplandores (Lucas 2:8-19). También recordemos que unos magos fueron guiados hacia el lugar donde se encontraba el niño, por medio de una luz en el cielo, una estrella que les señaló el camino y les llevó hasta donde se encontraba el Salvador del mundo (Mateo 2:1-12).

La manifestación gloriosa del Hijo de Dios, el Dios encarnado, se hizo visible ante un mundo que estaba cargado de tinieblas: ¨En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo¨ (Juan 1:4-9).

Y todos los hombres, mujeres y niños de Israel, vieron a Jesús el Mesías, el cual desarrolló una vida pública, predicando por todas partes durante unos tres años, alumbrando a todos con su verdad, dejándonos el legado del evangelio, para que lo proclamemos, a fin de que todo el mundo sepa que Jesucristo es el único Salvador del mundo.

2.- El Evangelio Es la luz que no se puede ocultar.

¿Qué es el evangelio? La palabra ¨evangelio¨ viene del griego εαγγέλιον (euangelion), «buena noticia», propiamente de las palabras ε, ¨bien¨, y -αγγέλιον, ¨mensaje¨. Es la narración de la vida y palabras de Jesús, es decir la buena nueva del cumplimiento de la promesa hecha por Dios a Abraham, Isaac y Jacob de que redimiría a su descendencia del pecado por medio de la muerte de su Hijo unigénito Jesucristo, quien moriría en expiación por el pecado de toda la Humanidad y resucitaría al tercer día para dar arrepentimiento y perdón de los pecados a todo aquel que crea en él.

En la Biblia encontramos una declaración que constituye el kerigma, que es la esencia de la proclama, del anuncio del evangelio, lo que cada creyente debe decir y enseñar, y que cada individuo debe creer: ¨Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; y que apareció a Cefas, y después a los doce¨ (I corintios 15:3-5).

Este fue el anuncio central del primer sermón de Pedro, el cual contenía la acusación  directa contra los judíos que le habían entregado a los romanos: ¨Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza; Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia. Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos¨ (Hechos 2: 22-32).

Este es el mensaje que debe ser proclamado hoy y siempre hasta que el Señor venga en su segunda venida, ya que Jesucristo es el único Salvador del mundo: ¨Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre¨ (1 Timoteo 2:5).

 3.- Los Creyentes Son la Luz que no se puede ocultar.

Jesús está diciendo que los creyentes son la luz del mundo, ellos son una extensión al mundo del evangelio, de su evangelio, el cual contiene la verdad, una verdad que no debe ser ocultada, sino proclamada para que todo el mundo la escuche, la asimile y la crea.

El mandato del Señor a sus discípulos fue categórico en Mateo 28:18-20: ¨Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.  Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén¨. Esta es la razón porqué el Señor permitió la persecución de los creyentes en Jerusalén, para que se cumpliera la orden que les fue dada de llevar el evangelio hasta lo último de la tierra.

Antes de ascender al cielo les reitera la promesa del Espíritu Santo, al través del cual ellos habrían de cumplir el propósito de ser la luz del mundo (Hechos 1:8). Debían salir del celimín, debían alumbrar al mundo con la palabra del evangelio. Así que tenían que exponerse ante el mundo para que el mundo conociera el mensaje, el cual se circunscribía a lo siguiente: ¨Jesucristo es la única persona en la que todo hombre debe creer para poder ser salvo¨ (Hechos 4:12).

Esta es una verdad que el Señor enunció con bastante claridad en el sermón del monte: ¨Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos¨ (Mateo 5:16).

Así como la lámpara no se enciende para ponerla debajo de una caja, pues se apagaría y no realizaría su propósito que es alumbrar; de la misma manera el evangelio no se puede callar, hay que proclamarlo. Todo creyente es y debe ser como una lámpara encendida, colocada en lo alto para alumbrar a todos y así lleguen a conocer la verdad. 

Mientras el Señor viene, nosotros debemos vivir cada día en la disposición de dar testimonio de nuestra fe, tanto con nuestras palabras, como con nuestra vida.

Leandro González

Sermón predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 4 de Septiembre de 2016.

viernes, 24 de julio de 2015

EL PROFETA ELISEO

1 Reyes 19:19-21
¨Partiendo él de allí, halló a Eliseo hijo de Safat, que araba con doce yuntas delante de sí, y él tenía la última. Y pasando Elías por delante de él, echó sobre él su manto. Entonces dejando él los bueyes, vino corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego que me dejes besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve; ¿qué te he hecho yo? Y se volvió, y tomó un par de bueyes y los mató, y con el arado de los bueyes coció la carne, y la dio al pueblo para que comiesen. Después se levantó y fue tras Elías, y le servía¨.

Eliseo fue un profeta hebreo que vivió en Israel entre 850 y 800 A.C. Fue escogido como el sucesor del profeta Elías durante el reinado de los reyes Joram, Jehú, Joacaz y Joás. En hebreo, su nombre es Elisha, una abreviación de Elishúa, que en español significa "Dios es mi salvación". Eliseo es considerado uno de los ¨Padres del Carmelo¨. Hijo de Safat, Eliseo era un pastor-agricultor que nació y habitó en Abel-mehola.

Su historia se narra en 1Reyes 19:19-21 y 2Reyes 2-13.

Al parecer, Eliseo era un hombre calvo y poseía una gran fortaleza física, ya que era capaz de arar la tierra dirigiendo una yunta de doce bueyes. Mientras llevaba a cabo la mencionada actividad, Eliseo fue llamado por Elías para mostrarle la voluntad de Dios de que sería su sucesor.

De acuerdo a la narración del Primer libro de los reyes (capítulo 19), Elías huyó de Jezabel, la esposa del rey Acab quien lo había amenazado de muerte y huyó a Judá. En el camino se quedó dormido dos veces y un ángel lo asiste y le ordena que vaya al monte Horeb caminando durante cuarenta días y se quede en una cueva. Es allí donde Dios lo consuela, y le ordena que vaya a Damasco con la instrucción de ungir a Hazael como rey de Siria, a Jehú como rey de Israel y a Eliseo como profeta y también su sucesor (1 Reyes 19:1-18).

Como vemos en el pasaje bíblico que hemos elegido para este sermón, al pasar Elías frente a Eliseo, mientras éste último araba la tierra con una yunta de doce bueyes, le colocó su manto y pasó de largo. Eliseo comprendió éste gesto simbólico y se apresuró a alcanzar a Elías que se alejaba, rogándole que le permitiera ir a despedir a sus padres antes de irse con él. Sacrificó a los bueyes y; asando sus carnes en los aperos de la yunta, hizo un festín de despedida invitando a los lugareños. Concluido esto, siguió a Elías para estar a su servicio. Elías lo consideró como si fuera su hijo ( 1 Reyes 19:19-21).

Ahora veamos los siguientes aspectos relacionados con este personaje bíblico que nos ocupa en esta ocasión:

1.- Paralelos de Profeta Eliseo con el Profeta Elías.

Se ha dicho que Eliseo parece el gemelo de Elías, por el gran parecido entre ambos, y por la similitud de cosas que hicieron. Hasta sus nombres se parecen.
Ambos golpearon las aguas del río Jordán y pasaron por tierra seca: (2 Reyes 2:8; 2 Reyes 2:14).

Ambos, Elías y Eliseo,  trajeron la lluvia en tiempos de sequía (1 Reyes 18:41-45;  Reyes 3:9-20).

Ambos aumentaron la provisión de alimento de una viuda (1 Reyes 17:10-16; 2 Reyes 4:1-7).

Ambos volvieron a la vida a hijos únicos (1 Reyes 17:17-24; 2 Reyes 4:18-35).
Ambos realizaron milagros a favor de personas fuera de las fronteras de Israel (1 Reyes 17:9-16; 2 Reyes 5:1-15).

Ambos pronunciaron sentencias sobre reyes (1 Reyes 21:19-22; 2 Reyes 8:7-10).

Y finalmente, ambos pidieron venganza sobre incrédulos (2 Reyes 1:9-12;  Reyes 2:23-25).

Pero a pesar de las similitudes Eliseo y Elías eran diferentes en cuanto a sus temperamentos y en cuanto a sus actitudes en general. Elías fue una figura solitaria, como Juan el Bautista. La mayor parte de su vida la pasó en una lucha inútil en contra de los males de su tiempo, y pasó por grandes períodos de depresión. Eliseo, en cambio, habiendo recibido una doble porción del espíritu de Elías, llevó una vida triunfante a medida que se juntaba con otra gente. No parece haberse amilanado nunca o tenido temor de alguien, y aún en la hora de su muerte estaba dando órdenes al rey de Israel: ¨Estaba Eliseo enfermo de la enfermedad de que murió. Y descendió a él Joás rey de Israel, y llorando delante de él, dijo: !!Padre mío, padre mío, carro de Israel y su gente de a caballo! Y le dijo Eliseo: Toma un arco y unas saetas. Tomó él entonces un arco y unas saetas. Luego dijo Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano sobre el arco. Y puso él su mano sobre el arco. Entonces puso Eliseo sus manos sobre las manos del rey, y dijo: Abre la ventana que da al oriente. Y cuando él la abrió, dijo Eliseo: Tira. Y tirando él, dijo Eliseo: Saeta de salvación de Jehová, y saeta de salvación contra Siria; porque herirás a los sirios en Afec hasta consumirlos. Y le volvió a decir: Toma las saetas. Y luego que el rey de Israel las hubo tomado, le dijo: Golpea la tierra. Y él la golpeó tres veces, y se detuvo. Entonces el varón de Dios, enojado contra él, le dijo: Al dar cinco o seis golpes, hubieras derrotado a Siria hasta no quedar ninguno; pero ahora sólo tres veces derrotarás a Siria. Y murió Eliseo, y lo sepultaron¨  (2 Reyes 13:14-20a).

El ministerio de Eliseo fue mucho más duradero y abarcador que el de Elías.  Pero lo más importante en la vida de Eliseo es su fidelidad al Dios de Israel, el Dios verdadero, fidelidad que nosotros debemos imitar cueste lo que cueste.

2.- Los Muchos Milagros Que Dios Obró Al Través de Eliseo.

Eliseo realizó muchos otros milagros, entre los que se destacan:

El saneamiento de un manantial que era la fuente de agua de la ciudad de Bet-el. Sus aguas eran malas, a punto que esterilizaban los cultivos, provocaban enfermedad y hasta muerte. Eliseo las saneó definitivamente arrojando una vasija de sal en el manantial, diciendo: ¨Así ha dicho Jehová: Yo sané estas aguas, y no habrá más en ellas muerte ni enfermedad¨ (2 Reyes 2:19-22).

Otro milagro relacionado con el agua es que Hizo brotar aguas del terreno y un torrente en el camino de Edom para abastecer de ella al ejercito mancomunado de Israel, Judá y Edom que se hallaba en campaña contra Moab, el cual estaba camino a deshidratarse a causa de la falta de agua (2 Reyes 3:13-20).

También con relación  al agua,  hizo flotar el hierro de un hacha prestada a uno de sus compañeros que se hallaba afligido por habérsele ésta hundido al Jordán. (2 Reyes 6:4-7).

Un milagro que lo vincula fuertemente con Jesús es que durante la hambruna multiplicó veinte panes que trajo un hombre de Baalsalisa, a punto que cien hombres comieron y sobró. (2 Reyes 4:42-44).

Y un milagro muy notorio es que al entrar en contacto con los huesos de Eliseo, el cadáver de un hombre resucitó. (2 Reyes 13:20-21).

En los milagros realizados por Dios al través de Eliseo estaba el sello de Dios, igual que en los milagros obrados al través de Elías y los milagros obrados por los apóstoles en el Nuevo Testamento. Todos esos milagros corroboran la mano de Dios obrando para mostrar a su pueblo su presencia y su poder y su supremacía frente a los ídolos de las naciones. Estos fueron milagros verdaderos, obrados por el único Dios que hace milagros, y no fueron obrados para llamar la atención, sino para mostrar el poder de Dios que estaba en estos personajes. Dios quiere y puede hacer milagros en el día de hoy igual que ayer, pues Dios no cambia, es el mismo en todos los tiempos.

3.- Su Participación en las Decisiones Políticas de Israel.

Eliseo gozaba de gran aprecio y respeto delante del rey y del pueblo de Israel. Eliseo fue líder de varias generaciones de profetas; se vinculó con los soberanos de Israel pertenecientes a su época, amonestándolos, aconsejándolos en sus guerras y estimulando, cuando lo creyó necesario, la desobediencia hacia ellos.

Los obreros cristianos, ya sean pastores, evangelistas, maestros, etc. tenemos el deber de dar la cara ante los problemas sociales y políticos que se presentan en nuestro mundo hoy, no podemos ser ajenos a lo que pasa a nuestro alrededor. Como Eliseo, debemos jugar un papel importante como voceros de la Palabra de Dios, presentando al mundo cuál es el criterio de Dios. Estamos aquí para hablar en nombre de Dios, para anunciar el mensaje de Dios para el mundo, y no nos podemos quedar callados ni ser indiferentes. Nuestro Señor Jesucristo obra con poder al través de sus siervos cuando asumimos el compromiso de anunciar su Palabra no importando el precio que tengamos que pagar.

Leandro González
Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 19 de julio de 2015.


domingo, 12 de julio de 2015

EL PROFETA ELÍAS

Santiago 5:17,18
¨Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto¨.

Esta vez vamos a estar hablando acerca del profeta Elías. Usted puede leer toda la vida de este personaje bíblico en  1 Reyes 17-21 y 2 Reyes 1-2.

Elías fue un profeta hebreo que vivió en el siglo IX A.C. Su nombre es una forma helenizada que proviene del nombre hebreo Ēliyahū (אליהו) y que significa "Mi Dios es Yahvéh". Elías era oriundo de Tishbé, en la región de Galaad y al oriente del río Jordán, por eso se le llama Elías tisbita (1 Reyes 17:1). El ministerio profético de Elías comienza en la época del reinado de Acab (hijo de Omri), quien gobernó el Reino de Israel entre 874 A.C. y 853 A.C.

Elías era un hombre de fe. Santiago nos dice, que a pesar de ser un hombre como nosotros, un hombre ordinario, él pidió a Dios que hiciera algo y Dios lo hizo. Dios espera que nosotros hagamos lo mismo, que le pidamos las cosas que queremos que él haga. Eso es lo que Jesús dice: ¨pedid todo lo que queréis, y os será hecho¨ (Juan 15:7b).

Es muy conocida la historia de Elías y la viuda de Sarepta, y todo lo que Dios hizo en favor de ella y de su hijo, y cómo Dios mostró su poder sobrenatural por la fe de una mujer que no era judía (1 Reyes 17:8-24). Jesús habla de esta mujer por la fe que ella tuvo al favorecer a este profeta de Dios:  ¨Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón¨ ( Lucas 4:25,26).

El poder de Dios reposaba en Elías, con ese poder resucitó un muerto, al hijo de la viuda de Sarepta (1 Reyes 17:17-24).

Estos son hechos sobrenaturales que corroboran la presencia de Dios en la vida de este hombre fuera de serie. Dios quiere que sus hijos seamos personas fuera de serie, que seamos diferentes, que seamos especiales, porque contamos con él, porque él vive en nuestras vidas, nuestras vidas tienen que ser extraordinarias. Cuando el Señor viene a nuestra vida, nuestra vida da un cambio que los demás a nuestro alrededor pueden ver y serán impactados.

Se espera de nosotros, que nuestra influencia sea poderosa para atraer a los hombres a Dios, para que los hombres busquen a Dios. Dar a conocer a Cristo debe ser nuestra tarea más excelente mientras vida tengamos, por eso debemos tener cuidado cómo andamos, debemos andar como verdaderos hijos de Dios, no como personas del montón.

La Biblia dice en Malaquías que Elías tenía que venir antes que Cristo viniera, y Jesús explicó que esto se refería a Juan el Bautista, quien vino con el espíritu de Elías  (Malaquías 4:5). Esta profecía cumplida la leemos en Mateo 17:12, ¨Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos¨.   
       
Algunos piensan que Elías junto con Enoc serán los dos testigos de que habla la Biblia en Apocalipsis que han de profetizar por mil doscientos sesenta días con prodigios y milagros, y que luego serán muertos y resucitarán (Apocalipsis 11:1-14). Esto se plantea de esta manera, por el hecho de que ninguno de los dos ha visto la muerte, y así se cumpliría en ellos lo que dice la Biblia en Hebreos: ¨Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio¨ (Hebreos 9:27).

Ahora quiero que nos concentremos en los siguientes tres aspectos de la vida del profeta Elías.

1.- Elías Enfrenta La Idolatría en Israel.

En el tiempo de Elías reinaba en Israel (el reino del norte) el rey Acab. La Biblia nos relata la condición espiritual a la que este rey había llevado la nación: ¨Reinado de Acab: Comenzó a reinar Acab hijo de Omri sobre Israel el año treinta y ocho de Asa rey de Judá. Y reinó Acab hijo de Omri sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de Omri hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró. E hizo altar a Baal, en el templo de Baal que él edificó en Samaria. Hizo también Acab una imagen de Asera, haciendo así Acab más que todos los reyes de Israel que reinaron antes que él, para provocar la ira de Jehová Dios de Israel. En su tiempo Hiel de Bet-el reedificó a Jericó. A precio de la vida de Abiram su primogénito echó el cimiento, y a precio de la vida de Segub su hijo menor puso sus puertas, conforme a la palabra que Jehová había hablado por Josué hijo de Nun (1 Reyes 16: 29-34).

Producto de su gran celo por Dios (1Reyes 19:14) Elías enfrenta al rey Acab anunciándole una prolongada sequía que será establecida como castigo por la idolatría: ¨Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra¨ (1Reyes 17:1).

Luego de esto Dios le da instrucciones para que se retire por un tiempo al desierto, junto al arroyo de Querit, para que dependa de provisiones traídas por cuervos (1Reyes 17:2-7). Estando allí, el arroyo se seca y nuevamente recibe instrucciones de Dios para que vaya y se acerque a una viuda en Sarepta. En las afueras de la ciudad esta mujer que está azotada por el hambre, prepara lo que será su última comida para ella y su hijo, antes de que llegue para ambos la inminente muerte. Pero ocurre un milagro, pues Dios envía el profeta a esta mujer precisamente para ser alimentado por ella. Toda la historia de este acontecimiento milagroso lo puede encontrar en 1Reyes 17:8-16.

Dios está enseñando a Elías que él debía depender de Dios en todo. El no sabía todavía a lo que se iba a enfrentar, pero Dios sí lo sabía.

Elías entonces regresa donde el rey Acab y le ordena convocar a los falsos profetas de Baal en el monte Carmelo (1Reyes 18:17-19).  En este enfrentamiento Elías desafía a los profetas de  Baal pidiéndoles que su dios falso haga caer fuego del cielo para consumir el altar que ellos han preparado, y de la misma manera, Elías también prepara su altar en honor a Jehová, para que de esta forma se demuestre quién es Dios verdaderamente. La historia bíblica nos dice que inútilmente los profetas de Baal clamaron sin recibir respuesta alguna, pero que cuando Elías oró a Dios delante de todo el pueblo, descendió fuego del cielo que consumió el altar ( 1Reyes 18:20-40).

La escena termina con una masacre, el profeta Elías decapita con su propia mano a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal: ¨Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los degolló¨ (1Reyes 18:40).

El resultado de todo esto es que el pueblo se da cuenta que Jehová es el verdadero Dios, y que los otros dioses son falsos. Después de esto Dios da un respiro a la nación enviando de nuevo la anhelada lluvia (1Reyes 18:41-46).

2.- Elías Intimidado Por el Poder Político.

Pero Elías necesitaba aprender una lección: Que él no era el único que era fiel a Dios, sino que Dios tenía su remanente, que él no era el único que era celoso del nombre de Jehová en Israel. Esta es la razón porqué Dios lo hace pasar por la prueba de la persecución de  la reina Jezabel: ¨ Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres. Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come. Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios. Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto. Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado. Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías? El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida. Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron¨ (1Reyes 19:1-18).

El hecho de que Elías sintiera miedo, después de haber enfrentado a los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal y haberlos decapitado, explica lo que nos dice Santiago respecto de él, que él era un hombre  como nosotros (Santiago 5:17). O sea, que Elías no era un súper hombre. Dios no necesita súper hombres, o súper mujeres, Dios lo que necesita son hombres y mujeres ordinarios que tengan fe en su gran poder y en sus maravillas.

Elías necesita saber que él no era el único que estaba firme en su fe en el Dios verdadero, sino que Dios tenía a siete mil que no había doblado sus rodillas ante Baal. Esto lo resalta el apóstol Pablo hablando del remanente de Dios en Israel en Romanos 11: 1-5: ¨ Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia¨.

Nunca nos podemos creer los únicos, Dios nunca está solo, Dios no pierde, Dios siempre tiene gente a su favor, y nunca debemos pensar que nosotros somos los únicos que trabajamos, o creernos imprescindibles, o desdichados porque nos encontramos luchando solos (los dos extremos). Luchar solos puede llevarnos al agotamiento y ser abrumados con demasiada carga, carga que debemos compartir con otros que también están dispuestos luchar por la causa del Señor.

3.- Elías Fortalecido, Levantado y Exaltado Por Dios.

Un encuentro con Dios en el monte Horeb, enseña grandes lecciones a Elías que son para nosotros hoy. Ahora el profeta no está acompañado de la multitud cuando desafiaba a los profetas de Baal, sino que ahora está solo y en depresión, atemorizado por la amenaza de la malvada Jezabel, a tal punto,  que hasta se desea la muerte: ¨ Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres¨ (1Reyes 19:4).

Esto nos recuerda cuando Moisés, de la misma manera huyendo del poder egipcio, se encuentra solo en el mismo lugar, en donde tiene un encuentro con Dios.

Si queremos encontrarnos con Dios, debemos apartarnos de la multitud .

Tanto Elías como Moisés salieron a andar su propio camino, pero Dios los encontró y los encaminó al lugar en el cual ellos habrían de tener un encuentro con él, porque Dios no abandona a sus hijos, y menos en sus circunstancias más difíciles.

Igual que todos nosotros, Elías entró en depresión, y hasta llegó a pensar que Dios lo había dejado solo, y que él era el único que estaba en pie. Pero aquí, en Horeb Dios le va a levantar el ánimo, lo va a fortalecer y lo va a exaltar. Como Elías, nosotros necesitamos huir al desierto, quedarnos solos con nuestros propios pensamientos y hacerle a Dios las preguntas que nos atormentan. Entonces allí Dios se nos revelará y nos mostrará como a Elías la verdadera realidad.

Cuarenta días tardó Elías en el desierto para llegar a Horeb. Cuarenta días como siempre andando en el desierto. Los famosos cuarenta días de la prueba, hasta llegar al monte donde se encontrará con Dios.

En este lugar Dios le muestra, entre otras cosas, que ha llegado la hora de su retiro: ¨ Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar¨ (1Reyes 19:15,16).Cuando hayamos acabado nuestro trabajo, otros nos sucederán,  y el Señor nos llamará a su presencia para que estemos con él.  

A Elías lo sucede Eliseo en el ministerio (2 Reyes 2). No somos vitalicios, es necesario preparar el relevo, preparar a los que nos van a sustituir, capacitarlos.

Elías no sólo fue levantado por Dios, el cual no lo dejó caído, sino que lo exaltó hasta el cielo mismo. Fue llevado al cielo en un carro de fuego: ¨ Y aconteció que yendo ellos y hablando, he aquí un carro de fuego con caballos de fuego apartó a los dos; y Elías subió al cielo en un torbellino¨ (2Reyes 2:11).

Elías reaparece en el monte de la transfiguración muchos siglos después, junto a Moisés, para acompañar a Jesús en una muestra de la gloria de Dios ante la vista de tres de los apóstoles más cercanos de Jesús, Pedro, Juan y Jacobo (Lucas 9:28-36).

Un dato importante al final es lo que sucedió con Jezabel, la malvada reina acerca de la cual habría profetizado Elías lo siguiente: ¨De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel¨ (1Reyes 21:23). Esto es algo que se cumplió al pie de la letra y que se narra en 2Reyes 9:30-37: ¨Vino después Jehú a Jezreel; y cuando Jezabel lo oyó, se pintó los ojos con antimonio, y atavió su cabeza, y se asomó a una ventana. Y cuando entraba Jehú por la puerta, ella dijo: ¿Sucedió bien a Zimri, que mató a su señor? Alzando él entonces su rostro hacia la ventana, dijo: ¿Quién está conmigo? ¿quién? Y se inclinaron hacia él dos o tres eunucos. Y él les dijo: Echadla abajo. Y ellos la echaron; y parte de su sangre salpicó en la pared, y en los caballos; y él la atropelló. Entró luego, y después que comió y bebió, dijo: Id ahora a ver a aquella maldita, y sepultadla, pues es hija de rey. Pero cuando fueron para sepultarla, no hallaron de ella más que la calavera, y los pies, y las palmas de las manos. Y volvieron, y se lo dijeron. Y él dijo: Esta es la palabra de Dios, la cual él habló por medio de su siervo Elías tisbita, diciendo: En la heredad de Jezreel comerán los perros las carnes de Jezabel, y el cuerpo de Jezabel será como estiércol sobre la faz de la tierra en la heredad de Jezreel, de manera que nadie pueda decir: Esta es Jezabel¨. Ese es el destino de los que hacen lo malo ante los ojos de Jehová.

Leandro González

Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 12 de julio de 2015.