1 Samuel 13:14
¨Mas ahora tu reino no será duradero.
Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha
designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado
lo que Jehová te mandó¨.
Continuando con nuestro estudio de
personajes de la Biblia, ahora veamos una semblanza del rey David.
David es el más grande rey de Israel.
Es nombrado en la Biblia como figura del Rey Universal, Jesús. Se dice que Jesucristo,
como el rey de Israel o Mesías, recibirá de Dios el reino de David su Padre: ¨Este
será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono
de David su padre¨ (Lucas 1:32).
El rey David está en el árbol
genealógico de nuestro Señor Jesucristo, y al Señor Jesucristo se le llama en
la Biblia el Hijo de David. Esto tiene una doble connotación. Por un lado David
fue el primer rey de Israel elegido según los designios de Dios, y pasó así a
ser una figura del verdadero Rey de Israel que es Jesús, así que cuando la gente
llamaba a Jesús ¨Hijo de David¨ estaba proclamando su fe en él como el Mesías
de Israel. Por el otro lado, Jesús es hijo de David por cuanto desciende de su
familia por razón de su vinculación con su padre putativo José y su madre
María, los cuales eran ambos descendientes del rey David, según las genealogías
descritas en Mateo 1 y Lucas 3. Esta es la razón porqué ambos, José y maría,
fueron a Belén para empadronarse (Lucas 2:1-7).
Quiero que veamos la vida de David
sobre la base de la declaración de que él era un hombre conforme al corazón de
Dios. Veremos cuáles son las implicaciones para una persona cuando es definida
como alguien que es o está llamado a ser uno conforme al corazón de Dios.
1.- El Rey David Fue Escogido Por
Dios.
El pueblo de Israel, que vivía
tiempos muy calamitosos producto de su desobediencia, estaba bajo el asedio de
los filisteos, una nación enemiga dentro de su territorio, un pueblo al que
ellos no echaron, como Dios les había dicho que hicieran. Los filisteos se
habían atrevido a tanto, que se habían llevado el arca del pacto de Dios a su
territorio, aunque luego tuvieron que regresarla, pues por causa de poseerla,
se había desatado una serie de enfermedades y males en esa nación enemiga. Pero
estas manifestaciones del poder de Dios sobre los filisteos no impidieron que
ellos continuaran sus ataques contra la nación hebrea. No obstante, esta
amenaza filistea estaba a punto de terminar con la llegada de David al trono de
Israel.
Estando en esa situación, el pueblo
pide a Samuel, quien hace las veces de juez en ese tiempo, que les constituya
un rey, de la misma manera como tienen las demás naciones. Producto de esta
decisión, Dios da instrucciones a Samuel para que les complazca, aclarándole
que es a Él (a Dios) a quien están desechando como Rey de la nación. Cuando
ellos pidieron un rey terrenal estaban despreciando a Dios, por esta causa Dios
les castigó permitiéndoles probar el rigor de un rey humano conforme al modelo
del mundo pecador.
Es de esta forma que aparece en el escenario
la figura de Saúl, un hombre al que Dios pondrá como el monarca de Israel, pero
no sin antes advertirles de las consecuencias que les vendrán por pedir un rey
conforme a los reyes del mundo: ¨Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová
al pueblo que le había pedido rey. Dijo, pues: Así hará el rey que reinará
sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente
de a caballo, para que corran delante de su carro; y nombrará para sí jefes de
miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y
sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus
carros. Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y
amasadoras. Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y
de vuestros olivares, y los dará a sus siervos. Diezmará vuestro grano y
vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos. Tomará vuestros
siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con
ellos hará sus obras. Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos.
Clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová
no os responderá en aquel día¨ (I Samuel 8:10-18).
Como vemos, el pueblo de Israel pidió
un rey similar a los reyes cananeos, y Dios les concedió ese deseo dándoles a
Saúl. La Biblia nos dice que Saúl era un Ken: ¨Y tenía él un hijo que se
llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más
hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo¨ (I
Samuel 9:2) Pero no era el hombre que Dios quería, porque Dios no ve la apariencia, sino que Dios ve lo que
está en el corazón: ¨porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el
hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón¨ (I
Samuel 16:7b).
Ahora, Dios quería que la nación de
Israel viera la diferencia entre un rey al estilo del mundo, y un rey al estilo
celestial, y es por esto que decide escoger a David en sustitución de Saúl. David
representa a un rey conforme al corazón de Dios, no que él era un hombre
perfecto, sino que Dios lo está llamando para que él sea esa persona conforme a
su corazón, algo que implica un gran peso sobre los hombros de este hombre.
Cuando Dios llama a una persona para servirle, pone sobre esa persona una gran
responsabilidad que no le será fácil llevar, ya que Dios estará siempre
demandando fidelidad y compromiso por causa de ese llamado.
David estaba llamado a ser diferente
de Saúl. Saúl representaba el modelo de un rey terrenal. Dios quería que David
representara el modelo de un rey celestial, esta es la razón porqué David se
vincula de una manera tan especial con el Mesías, una verdad tan importante que
es confirmada en el Nuevo Testamento: ¨Quitado éste, les levantó por rey a
David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de
Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero. De la
descendencia de éste, y conforme a la promesa, Dios levantó a Jesús por
Salvador a Israel¨ (Hechos 13:22,23).
Cuando Samuel fue a la casa de Isaí,
el padre de David, para encontrar al elegido de Dios, vemos que, aun siendo un
siervo de Dios, también estaba influenciado por la apariencia, pues lo impresionó
la corpulencia de uno de los hermanos de David, y sin embargo Dios lo tiene que
corregir diciéndole lo siguiente: ¨Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su
parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no
mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos,
pero Jehová mira el corazón¨ (I Samuel 16:7).
Siete hijos de Isaí pasaron ante
Samuel, pero Dios no quería a ninguno de ellos, sino al que faltaba, al cual
fueron a buscar al campo donde estaba cuidando las ovejas. La Biblia nos cuenta
cómo era éste al que Dios quería: ¨Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era
rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y
úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio
de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre
David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramᨠ(I Samuel 16:12,13).
Luego el rey Saúl era atormentado con
un espíritu malo, según nos cuenta la Biblia, y fue precisamente a David al que
buscaron para que por medio de sus melodías, pues era un gran músico, aliviara
los tormentos del rey: ¨ Y
cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa
y tocaba con su mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se
apartaba de él¨ (I Samuel 16:23). De esta manera Dios estaba acercando a David
al lugar que le correspondía.
Una de las hazañas más conocidas de
David es su enfrentamiento con el gigante filisteo Goliat (I Samuel 17). Goliat
se mofaba desafiando al ejército de Jehová, y los israelitas, incluyendo a su
rey Saúl, temblaban de miedo ante la imponente figura de este gigante.
David era un guerrero natural a pesar
de su corta edad, pero sobre todo, David era un hombre con un gran celo por el
nombre de Dios. Fue por esto que David se atrevió a aceptar el desafío de
Goliat, venciéndolo de una manera asombrosa: ¨ Entonces dijo David al filisteo:
Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de
Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has
provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la
cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las
bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá
toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de
Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. Y aconteció que
cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David,
David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo. Y
metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la
honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la
frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con
honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su
mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de
él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y
cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron (I Samuel 17:45-51).
David no hizo lo que hizo con Goliat
para que la gente lo viera, sino que él hizo delante de la gente, lo que él
estaba acostumbrado a hacer delante de Dios, cuando nadie lo veía, sino sólo
Dios. Cuando sólo Dios lo veía en el campo, él defendía a sus ovejas de los
leones y los vencía con el poder de Dios. De la misma manera él venció a Goliat
con el poder de Dios.
El cristiano promedio se derrumba
ante las burlas de los impíos contra la fe, por miedo a tener que salir al
frente y dar la cara; no olvidemos que el que calla otorga. David, en su
enfrentamiento contra Goliat, nos enseña la importancia de hacer valer nuestra
fe y presentar defensa frente a aquellos que pretenden burlarse de las cosas
santas sin ni siquiera ser reprendidos o confrontados.
David tuvo que enfrentarse luego a la
furia del rey Saúl quien estaba loco por los celos contra David, quien mostraba
unas habilidades, una valentía y una fe que él de ninguna manera poseía. Esta
persecución llegó a sus límites por lo que David tuvo que marcharse y
convertirse en un fugitivo. Pero ocurrieron cosas extraordinarias en la vida de
David, por causa de que Dios estaba con él, como el hecho de que Jonatán, el
hijo del rey Saúl, su peor enemigo, se convirtiera en su mejor amigo. La furia
de Saúl contra David se había convertido en una obsesión que lo llevó a la muerte,
una muerte en la que David no tuvo nada que ver, pues a pesar de ese odio enfermizo,
David siempre respetó su vida.
Después de grandes vicisitudes
sufridas por la gran persecución de Saúl, finalmente David es ungido como Rey
de todo Israel: ¨ Vinieron todas las tribus de Israel a David en Hebrón y
hablaron, diciendo: Henos aquí, hueso tuyo y carne tuya somos. Y aun antes de
ahora, cuando Saúl reinaba sobre nosotros, eras tú quien sacabas a Israel a la
guerra, y lo volvías a traer. Además Jehová te ha dicho: Tú apacentarás a mi
pueblo Israel, y tú serás príncipe sobre Israel. Vinieron, pues, todos los
ancianos de Israel al rey en Hebrón, y el rey David hizo pacto con ellos en
Hebrón delante de Jehová; y ungieron a David por rey sobre Israel. Era David de
treinta años cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. En Hebrón reinó
sobre Judá siete años y seis meses, y en Jerusalén reinó treinta y tres años
sobre todo Israel y Judᨠ(2 Samuel 5:1-5).
David establece a Jerusalén como
capital del reino (2 Samuel 5:17-19) y logra derrotar a los filisteos y lleva
el arca del pacto de Dios a Jerusalén, denominada desde entonces, la ciudad de
David. De esta manera David inaugura un gran período de conquistas y
prosperidad para la nación de Israel, pues puso sus grandes dotes militares al
servicio del Señor, logrando además mantener el reino de Israel totalmente
unificado, dejando como herencia este legado a su hijo Salomón, quien habría de
continuar la obra de su padre.
2.- El Rey David Cometió Terribles
Pecados.
Ser un rey le dio unos poderes
extraordinarios a David, prácticamente su poder terrenal era ilimitado. En las
manos de cualquier hombre esto es un gran peligro, pues el ser humano por
naturaleza se corrompe cuando tiene en sus manos el poder político, el poder
militar y el poder económico. En este sentido, lamentablemente David también
fue víctima del envanecimiento humano que proporciona el poder.
Fue ese poder engañoso el que hizo
que David cediera ante la tentación que le producía la belleza de una mujer.
David cometió el pecado de adulterio con Betsabé, la mujer de Urías heteo, uno
de sus más fieles militares. Este pecado de adulterio fue el inicio de una
serie de pecados que lo llevó a cometer el pecado de homicidio. En 2 Samuel capítulos 11 y 12 se narra este
terrible episodio de la vida de este hombre de Dios, quien urdió un maléfico
plan para procurar que mataran a Urías en una batalla, para que de esta manera
no se enterara el finado del pecado que había cometido con la esposa de éste.
La Biblia nos dice al respecto lo siguiente: ¨Mas esto que David había hecho,
fue desagradable ante los ojos de Jehovᨠ(2 Samuel 11:27).
Dios no perdonó a David ese crimen, aunque
él fuera su niño mimado. Es por esto que sin demora viene la reprensión del
profeta Natán (2 Samuel 12). La sentencia de Dios no se hizo esperar, el niño
que nació como resultado de su adulterio, murió como castigo por su gran
pecado. Aunque David rogó amargamente por la vida del niño, Dios no le concedió
la vida. Aunque Dios nos perdone nuestros pecados, no podremos evitar las consecuencias
que sobrevendrán.
Hubo ciertas costumbres en la vida de
David que de ninguna manera Dios aprobó, como el hecho de tener más de una
esposa. Este tipo de vida le trajo graves consecuencias en el seno familiar.
Uno de sus hijos, el tristemente famoso Absalón, pretendió usurpar su trono,
darle un golpe de estado, que fue impedido por los oficiales del rey,
resultando en la muerte del mismo. Esta es una escena muy triste en la vida de
David, pues este era un hijo al que él amaba entrañablemente.
3.- El Rey David Se Arrepintió de Corazón.
Sabemos que David no era un dechado
de virtudes, y por esto mismo algunos no logran asimilar que se diga en la
Biblia que David era un hombre conforme al corazón de Dios. De entrada, el
hecho de que se diga en la Biblia tal cosa, tiene que tener una explicación, y
la tiene sin duda. A pesar de los pecados cometidos por el rey David, vemos que
él se arrepintió de corazón de haberlos cometido, y que Dios le cobró con
creces sus múltiples errores. A pesar de ser un rey, él admitió sus pecados
públicamente, y declaró abiertamente su maldad delante de Dios y delante de los
hombres, una actitud que difícilmente veríamos en los que gobiernan y han
gobernado en el mundo. El salmo 51 debe ser razón suficiente para estar de
acuerdo con lo que la Biblia dice acerca de que él era un hombre conforme al
corazón de Dios. David asumió su castigo frente a sus pecados, y no se disculpó
por ellos como hacen muchos hoy. Dios quiere que nunca pequemos, pero si
pecamos, Dios quiere mucho más que estemos dispuestos a reconocer nuestras
faltas y aceptemos nuestra reprensión y asumamos las consecuencias de nuestras
transgresiones.
Lo mejor sería que nunca pecáramos,
pero si pecamos, no hay nada que evidencie más nuestro alejamiento de Dios,
nuestra falsedad y nuestra impiedad, que el tratar de justificar y ocultar
nuestras maldades. La Biblia dice en
Proverbios 28:13, ¨El que encubre sus
pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia¨. Creo que esta actitud de David frente a sus errores demuestra
que él era un hombre conforme al corazón de Dios.
David demostró con su arrepentimiento
que aunque él era el rey de Israel, él estaba bajo el poder del Rey de reyes y
Señor de señores, el verdadero Rey de Israel y del Mundo, tal y como él mismo
lo atestigua en el salmo 24:1 ¨De Jehová es la tierra y su plenitud; el mundo,
y los que en él habitan¨.
Es muy raro o casi imposible ver que un gobernante admita que falló o pecó y
que muestre arrepentimiento. En el peor de los casos, como ocurre en muchos de
nuestros países latinoamericanos, los que gobiernan o tienen algún puesto de
eminencia, se han blindado de tal manera que hasta se atreven a enrostrarnos a
los ciudadanos su impunidad. Nuestras naciones necesitan gobernantes como el
rey David, que admitan sus errores, y que no encubran sus faltas. Pero lo que
vemos hoy es lo que el Señor Jesús dice, que los gobernantes se enseñorean
vilmente de las naciones: ¨Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes
ejercen sobre ellas potestad¨ (Mateo 20:25).
Lo que más nos debe llamar la
atención con respecto a la vida de David es que cuando Dios nos llama, él ve no
lo que somos, sino lo que él quiere que seamos, lo que nosotros podemos llegar
a ser. Cuando Dios nos llama, él necesita moldear nuestro carácter para
hacernos las personas que él quiere que seamos. Dios pone su temor en nosotros
y nos capacita con la suficiente sensibilidad espiritual para que respondamos a
sus propósitos en obediencia.
Si nos ajustamos a los propósitos de
Dios y somos obedientes a él, a la larga terminaremos haciendo su voluntad de
la manera que él desea, y entonces nos irá bien y seremos de gran bendición
para nuestra familia, para nuestra iglesia y para el mundo.
Aunque David no pudo construir
el Primer Templo, Dios le permitió hacer
todos los preparativos para que su hijo Salomón, quien habría de sucederle en
el trono, llevara a cabo esta monumental obra. La gran influencia de este
hombre se destaca cuando abrimos la Biblia en los Salmos, y vemos de qué manera
Dios le usó para que nos legara los más hermosos cánticos para ser usados en la
alabanza que el pueblo santo debe tributar cada día a Dios.
Leandro González
Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República
Dominicana, el 21 de junio de 2015.