lunes, 11 de abril de 2011

EL FENOMENO DE CRECIMIENTO DE LAS SECTAS

2 Timoteo 4:1-5.


¨Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio¨ (2 timoteo 4:1-5).

En esta ocasión vamos a considerar un título que dentro del tema general de las sectas es un asunto altamente preocupante. Como nos preocupa la salvación de todo el mundo, principalmente de familiares y amigos que están atrapados en alguna secta de error, este tema del crecimiento de las sectas nos debe poner a reflexionar seriamente, y nos debe poner a actuar en consecuencia. No es posible que seamos indiferentes frente a esta realidad mundial que afecta la vida de personas que amamos y que pone en grave peligro su salvación. Este asunto de la salvación es algo crucial, por lo tanto debemos prestar mayor atención a este fenómeno cada vez más creciente de las sectas.

No nos debemos conformar con las profecías de nuestro Señor Jesucristo que nos hablan del auge de los falsos profetas, como si esto fuera una excusa para lavarnos las manos como Pilatos, como si no tuviéramos ninguna culpa. La verdad es que El Señor nos advierte acerca de la ocurrencia de estos hechos, para que precisamente estemos alerta, y para que con diligencia atendamos los asuntos que conciernen a nuestra fe y a nuestro deber de predicar el evangelio al mundo. La advertencia que tenemos en la Biblia acerca de nuestra responsabilidad de predicar al mundo es algo que nos debe motivar cada día: ¨ Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu alma¨ (Ezequiel 3:18,19).

Una pregunta obligada en relación a este tema es: ¿Por qué crecen las sectas? Hay múltiples razones por qué crecen las sectas, pero vamos a considerar las siguientes tres razones de peso que nos indican porqué crecen las sectas:

1.- Las Sectas Crecen Porque La Gente Busca Cosas Nuevas.

Podríamos decir que una razón de gran peso es el hecho de que la gente va tras las cosas nuevas (pura curiosidad), y mucho más si esas cosas se presentan contrarias a Dios y a su Palabra. En el pasaje que hemos elegido de 2 Timoteo 4:1-5 vemos que el apóstol Pablo advierte acerca de esta situación. Esto es así por la naturaleza caída de los seres humanos, que se manifiesta en una abierta rebelión contra todo aquello que el Creador ha establecido. El ser humano busca indiscriminadamente y sin ningún criterio todo aquello que tienda dizque a satisfacer su curiosidad.

Esta situación del ser humano no es nueva. Nos damos cuenta por lo que Pablo le dice a Timoteo, que es así: ¨Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas¨ (2 Timoteo 4:3,4).

Este es el panorama que vemos hoy en día. Muchos predicadores ponen más atención y dan mayor importancia a sus palabras que a la Palabra de Dios. Basan sus pláticas más en sus propios criterios y experiencias que en lo que dice la Biblia. Sus sermones no son la predicación del evangelio, sino más bien una charla para inflar el ego de sus oyentes. Predicadores como estos son los que propician que la gente se desvíe de la verdad y vaya en búsqueda de teorías humanas y doctrinas de demonios. Estos predicadores preparan el camino para que la gente acepte nuevas tendencias de error.

Si bien es cierto que debemos estar abiertos a ciertos cambios en la iglesia, no menos cierto es que debemos tener cuidado con el espíritu liberal de la época, con el concepto de ¨mente abierta¨ que no es más que una excusa para introducir en el mundo cristiano la apostasía tan anunciada para estos últimos días. Sin duda alguna que estamos asistiendo hoy a un período de la historia donde se aprecia una gran apostasía que inmuta a muy pocos cristianos. Más bien, muchos cristianos son cómplices, de alguna manera, de este tipo de movimiento dentro de las iglesias, que empuja hacia una falta de cordura y delicadeza, cualquierizando de esta manera el evangelio y abriendo así de par en par la puerta, para que entren los errores y se desconozcan los principios de fe, las costumbres sanas que han sido observadas por siglos por la iglesia y la separación de la vida cristiana del mundo pecador. Todo esto hace que no se considere con seriedad el fenómeno de crecimiento de doctrinas fraudulentas.

Es bueno que sepamos que todo lo que Dios nos había de revelar ya ha sido revelado en su Palabra, y no necesitamos nada nuevo en esta materia, sino el cumplimiento fiel de cada una de las cosas detalladas allí. Es por esto que el Señor Jesucristo nos advierte para que no seamos engañados juntamente con los que se pierden: ¨Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. Ya os lo he dicho antes¨ (Mateo 24:23-25).

2.- Las Sectas Crecen Porque Existe Un Diablo.

Una razón muy importante para el crecimiento de las sectas es la realidad de la existencia del diablo, quien se encarga de estimular en la mente humana la apostasía. Estas acciones contrarias a la verdad, que representan las sectas, está creando el ambiente propicio para que se establezca la plataforma del anticristo, y esto es algo que hace mucho tiempo que está operando en el mundo, o sea el misterio de la iniquidad, una fuerza maligna que se mueve decididamente al través de las sectas. Cuando leemos en 2 Tesalonicenses 2:7 lo que dice Pablo acerca de esta realidad que le espera al mundo, uno tiene que concluir que la proliferación de las sectas tiene mucho que ver con ese poder sobrenatural que opera solapadamente: ¨Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio¨ (2 Tesalonicenses 2:7).

Las afirmaciones de todos aquellos que dicen haber tenido apariciones o manifestaciones de ángeles, que les anuncian otras verdades, cosas contrarias a lo que dice la Biblia, son una clara evidencia del obrar de Satanás detrás de estos episodios. Por ejemplo, si en realidad se le apareció a José Smith un ángel, este ángel tiene que haber venido de otro lugar que no es el cielo, pues lo ángeles del Señor no contradicen ni desacreditan la Palabra de Dios.

Desde el principio Satanás ha intentado destruir lo que Dios ha construido. El incitó a nuestros primeros padres para que desobedecieran a Dios, y lo sigue haciendo hoy, mucho más y con mucho más fuerza, porque ve que el día del cumplimiento de su condena se acerca.

Al través de las sectas Satanás busca persuadir a la humanidad para que se sienta bien en una iglesia que no predica la verdad, pero que aparenta hacerlo. Esta es la manera sutil como el diablo trabaja. Al propio Señor Jesucristo intentó hacerle caer con sus insinuaciones peligrosas y oportunistas en el desierto de la tentación utilizando la Biblia como todo un experto teólogo (Mateo 4:1-11).

Los cristianos no deberíamos nunca pasar por alto que Satanás es quién está detrás de las sectas, por muy inofensivas que aparenten ser muchas de ellas. La Biblia denuncia la capacidad del diablo y de sus seguidores de camuflarse, a fin de que los cristianos no se dejen engañar: ¨Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz¨ (2 Corintios 11:13,14).

3. Las Sectas Crecen Porque Las Iglesias Se Descuidan.

Una última razón de gran peso porqué las sectas crecen, y esto es algo que debe preocupar a todo cristiano, es el descuido de las iglesias en presentar con responsabilidad y dedicación el mensaje del evangelio al mundo circundante. Esta falta de interés es una de las causas que permiten a las sectas ganar terreno en las mentes de los inconversos para introducirlos en el error.

Es muy duro para mí como pastor reconocer esta triste realidad de la que somos culpables. Esta no es la razón principal, pero es una de gran peligrosidad y que hace daño tanto a los que todavía no son creyentes como a los que están dentro de la congregación, a los que ya son creyentes.

Muchos creyentes enfrentan la gran dificultad de no saber cómo enfrentar las sectas cuando llegan a sus casas. Se sienten impotentes de poder defender lo que creen frente a los que presentan afirmaciones contrarias a la Biblia. Es muy lamentable ver cómo muchos creyentes abren sus puertas a las sectas y prestan oído a lo que enseñan, se sientan a escuchar placenteramente, porque tienen el criterio de que todo el que les venga a hablar de Dios es bienvenido en sus casas. Creo que los cristianos debemos hacer caso a lo que nos dice la Biblia, y ser más celosos con lo que creemos, y mucho más en este tiempo que vemos que la venida del Señor está tan cerca. Recordemos la amonestación del apóstol Juan con relación a esto mismo en su segunda carta, versículos 9 al 11: ¨Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras¨ (2 Juan 1:9-11).

Entonces, cuando los creyentes avalamos de alguna manera los esfuerzos de las sectas, ya sea prestándoles atención o comprando sus libros y revistas, no nos podemos quejar del crecimiento de las mismas.

Sin ser groseros, tenemos el deber de hacerles ver a los seguidores de las sectas, que están divorciados de la verdad. Para esto, cada creyente debe ser un fiel soldado de Jesucristo, un miembro militante en su iglesia, uno que vive su vida cristiana las veinticuatro horas del día, y no tan sólo los domingos cuando va al templo.

El cristiano no debe conformarse con lo que se enseña en la iglesia, sino que debe tener su propio hábito de estudiar la Biblia, para estar en forma, bien preparado para cuando se presente el momento de enfrentar el error. Pero si usted no se siente lo suficientemente preparado como para enfrentar a un emisario sectario, es preferible que llame al pastor o a otro hermano de la iglesia de manera discreta para que le ayude, o puede preguntar lo que no sabe, para que pueda dar respuestas que sean contundentes.

Pero si hacemos caso a lo que nos dice el apóstol Juan, de no permitir que entren a nuestras casas con doctrinas extrañas, nos evitaremos molestias innecesarias. Si los creyentes estuviéramos haciendo nuestro trabajo de hacer discípulos, las sectas tendrían muy poca oportunidad de introducir sus errores.

De otra manera, es también muy triste ver como muchas iglesias ponen poco o ningún interés en el discipulado de aquellos que se convierten, lo que provoca una gran ignorancia de las verdades esenciales de la fe, que se supone todo nuevo creyente debe conocer como materia obligada desde el momento que forma parte de la congregación. Este cuidado es esencial para preparar al nuevo hermano en aquellas doctrinas que son la base de la fe cristiana y que constituyen el fundamento del cristianismo establecido por nuestro Señor Jesucristo y los apóstoles. Al hacer esto cumplimos con la totalidad de la gran comisión que incluye una buena dosis de enseñanza de todas las cosas que el Señor ha ordenado: ¨enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén¨ (Mateo 28:20).

El fenómeno de crecimiento de las sectas es una cuestión que debe preocuparnos seriamente. Aunque es cierto que no podremos impedir que el error exista, pero sí podemos luchar contra él, presentando la verdadera cara del evangelio, incentivando a los niños, jóvenes y adultos a estudiar la Biblia. Las iglesias cristianas están llamadas a incentivar las células de estudio de la Palabra de Dios en los hogares, para de esta manera contrarrestar el error que hacen circular las sectas. Si podemos, debemos ayudar a todos aquellos que están atrapados por las sectas, para que sean librados de las garras de Satanás.

Leandro González

Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 10 de abril de 2011.

LOS ESCRITOS DE LAS SECTAS

2 Timoteo 3:16,17.


¨Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra¨.

Las sectas tienen otras fuentes de donde hacen derivar sus creencias, que no es la Biblia. Esta es una constante en las sectas, ellos siempre considerarán que no es suficiente con la Biblia, que hacen falta otras ideas, otras ¨revelaciones¨. Algunas sectas, muy sutiles, apelan al hecho de que la revelación de Dios no ha sido completada, y que todavía Dios sigue revelando nuevas verdades.

Aunque es cierto que la revelación de Dios fue progresiva desde el Génesis hasta el Apocalipsis, desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento, la verdad es que con la revelación de nuestro Señor Jesucristo del Apocalipsis, se selló la revelación de Dios, o sea que la Biblia es toda la revelación de Dios, que según el criterio de Dios necesitábamos los seres humanos.

Es bueno que esté bien claro que con la persona de Jesús se ha completado la revelación de Dios al hombre. Por eso nos dice la Biblia lo siguiente: ¨Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas¨ (Hebreos 1:1-3).

Y por esto mismo, el último libro de la Biblia, en su último capítulo nos advierte acerca de las consecuencias y peligros de añadir o quitar a esta revelación: ¨Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro¨ (apocalipsis 22:18,19).

Esta rivalidad contra la Biblia nos plantea los siguientes puntos:

1.- Los Escritos de las Sectas Son Inconsistentes Frente a la Biblia.

Las ideas de los escritos de las sectas nunca serán paralelas a las de la Biblia, no pueden tener ninguna coincidencia, ninguna congruencia. Esto es lo que pasa con los escritos de las sectas y la Biblia: No es posible reconciliarlos. Las sectas cuentan con documentos que cuentan una historia muy diferente a la que cuenta la Biblia. Y esto es así, precisamente en los puntos más esenciales de la fe cristiana.

Las sectas pretenden, sin embargo, compararse con la verdad absoluta de la Palabra de Dios, algo que es atrevidamente imposible, pues la Biblia es de origen divino, y el origen de los escritos de las sectas es meramente humano, o tienen un origen oscuro y oculto que se genera en los lugares más oscuros de las ¨regiones de maldad¨. Ninguno de los escritos de cualquiera otra religión que no sea el cristianismo puede exhibir la singularidad tan especial que se puede verificar en la Biblia, y los hechos históricos y documentos testimoniales que avalan esta aseveración, son demoledores. El único libro que se puede sostener por sí mismo es la Biblia, pues su autor es Dios mismo.

La distancia entre lo que dice Dios y lo que dicen los hombres es enorme. Es por esto que la Biblia nos dice lo siguiente respecto de la invalidez de las palabras de los hombres y la certeza de la Palabra de Dios: ¨De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado¨ (Romanos 3:4). Esto quiere decir que las palabras de los hombres no son confiables, mientras que siempre podemos dar como bueno y válido lo que dice Dios, porque Dios siempre dice la verdad.

Los escritos de las sectas corroboran las palabras dichas por el Señor Jesús a sus discípulos, cuando les hablaba de la aparición de falsos profetas como un elemento que señala el fin del mundo: ¨Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos¨ (Mateo 24:24).

Los creyentes tenemos la obligación de examinar con cuidado lo que dicen las sectas y cualquier fuente que no sea la Biblia, para comprobar si proceden de una fuente segura o no. Todo aquello que no concuerde con lo que dice la Biblia, debe ser considerado como fraudulento: ¨Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo¨ (I Juan 4:1).

2.- Los Escritos de las Sectas Son Contrarios a la Biblia.

La intención de las sectas es contra la Biblia, pues procura precisamente contradecir la Palabra de Dios. No hay ingenuidad, no hay inocencia en las actuaciones de las sectas respecto de sus contradicciones con el contenido del libro sagrado. Aunque muchos de los que están inscritos en las sectas estén ahí por ignorancia, no podemos decir lo mismo respecto de los responsables directos de las mismas.

Las sectas hablan de una nueva verdad, una supuesta verdad diferente de la que sí es la verdad, la Biblia. Todo lo que plantean las sectas contradice la ortodoxia bíblica, la doctrina correcta enseñada por nuestro Señor Jesucristo y los apóstoles.

Todo cuanto le fue revelado a los apóstoles por la acción del Espíritu Santo constituye el fundamento de la fe cristiana, y así será hasta que el Señor Jesucristo venga por segunda vez. Ninguna otra verdad será revelada ya más por el Señor, pues todo lo que se debía revelar ya fue revelado en la Biblia. Cualquiera que diga una cosa diferente, aunque sea un supuesto ángel del cielo, estará en evidente desafío contra Dios: ¨ Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema¨ (Gálatas 1:8,9).

3.- Los Escritos de las Sectas Son Ajenos a la Biblia.

Los escritos de las sectas no tienen nada que ver con la Biblia. No son inspirados, sino que vienen de fuentes ocultas y malintencionadas que procuran dar la gloria al pensamiento y a la idea de otra persona que no es Dios. La Biblia es un libro inspirado por Dios, y esta es una verdad que la misma Biblia se encarga de decírnosla: ¨Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra¨ (2 Timoteo 3:16,17).

Dios es el autor de la Biblia, pero el instigador de los escritos de las sectas es uno que es mentiroso y engañador, el cual nada tiene que ver con Dios. Hablando a los judíos que no creían en él, el Señor Jesús lanza la siguiente sentencia, donde nos dice mucho acerca del carácter mentiroso de nuestro enemigo, el diablo: ¨Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira¨ (Juan 8:44).

Los mormones basan sus creencias en libros escritos por José Smith, los cuales están repletos de fábulas, principalmente el libro Mormón. Los llamados Testigos de Jehová confían sus creencias a su fundador Carlos T. Russell, al grado que han llegado a creer y a afirmar que nadie puede conocer la verdad de la Biblia, a menos que estudie los libros de Russell. Mis amigos los Adventistas del Séptimo día son ñoños con las supuestas revelaciones extra bíblicas de Elena G. de White. Cada secta buscará siempre justificaciones a las extravagantes afirmaciones de los escritos de sus fundadores y líderes.

Cada una de estas sectas, sin embargo, sostiene que sus enseñanzas están fundamentadas en la Biblia, pero realmente la Biblia es para ellos sólo un libro que debe ser interpretado según sus propios escritos. Para ellos, es la Biblia la que debe estar de acuerdo con lo que dicen sus escritos, y no al revés. Pero sucede, que el más nuevo de los principiantes de los creyentes cristianos verdaderos sabe que el único libro sobre el cual se sostiene la fe evangélica es la Biblia, y sólo la Biblia, sin añadirle ni quitarle nada.

Leandro González

Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 3 de Abril de 2011.