viernes, 15 de octubre de 2010

EL INFIERNO

Mateo 10: 28


¨Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno¨.

El cielo fue creado con mucho amor y el infierno con mucho dolor. Dios disfrutó la creación del cielo, no así la creación del infierno.

Algunas sectas equivocadamente enseñan que el infierno no existe, o en su defecto, enseñan que no será un lugar de tormento eterno, sino que será un lugar donde las personas serán aniquiladas. Argumentan que no es posible que un Dios de amor haya creado un lugar tan horrible. Estos olvidan que así como Dios es amor, también es justicia, es por esto que se nos manda a ser reverentes ante él: ¨Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor¨ (Hebreos 12: 28,29). Por lo general quienes razonan respecto del amor de Dios de esta manera, pasan por alto su justicia, y detestan tocar el tema de la ira de Dios, una cosa tan obvia en toda la Biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis.

Los universalistas proclaman que puesto que al fin de cuentas todos los hombres serán salvos, el infierno no tiene razón de ser. Los restauracionistas plantean que la muerte produce en el hombre un cambio de carácter que le hace volverse de sus pecados, y que esto le brinda la oportunidad de restauración de su condición, y después de ser purificados, van al cielo. Pero la Palabra de Dios nos dice otra cosa muy distinta: ¨Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio¨ (Hebreos 9:27). De acuerdo a este versículo el hombre sólo tiene una oportunidad, la que se le ofrece en vida, y debe aprovecharla.

Los que van a estar en el infierno sabrán que su castigo es merecido y que eso era lo mejor que Dios podía hacer con ellos. Por causa de su soberanía en infalibilidad nadie puede cuestionar a Dios, ya que él siempre actúa rectamente: ¨Porque el nombre de Jehová proclamaré. Engrandeced a nuestro Dios. El es la Roca, cuya obra es perfecta, Porque todos sus caminos son rectitud; Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y recto. La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, Generación torcida y perversa. ¿Así pagáis a Jehová, Pueblo loco e ignorante? ¿No es él tu padre que te creó? El te hizo y te estableció¨ (Deuteronomio 32:3-6).

Uno pensaría que no podría haber en el mundo ninguna persona que deseara ir al infierno, pero no, existen algunos que sí están gustosos con ir a ese lugar, y están esperando el día en que estarán allí, y hasta hacen chiste con ello; naturalmente que ellos piensan así porque ignoran absolutamente lo terrible que es el infierno.

Pero no se asombre demasiado, pues la mayoría de la gente de este mundo vive como si fueran a ir al infierno, no como si fueran a ir al cielo. Es más, algunos cristianos no parecen estar muy entusiasmados con la idea de ir al cielo, pues están tan acostumbrados a este mundo que hasta piensan que sería bueno quedarse en él para siempre, y este frenesí descuidan tanto su vida devocional que hasta parecerían ser candidatos para el infierno, no para el cielo.

Esta actitud frente a lo irreversible de la eternidad es por desconocimiento. Muchos ignoran lo que en realidad es el infierno. Muchos ignoran las terribles presiones que se experimentarán allí y lo desesperante que será estar confinado a esta prisión por los siglos de los siglos. Si es terrible estar preso, aun en condiciones adecuadas, ¡Imagínese lo que será el infierno! En el libro de Job encontramos referencia que nos habla del infierno como una cárcel: ¨Si él derriba, no hay quien edifique; Encerrará al hombre, y no habrá quien le abra¨ Job 12:14). También vemos la misma idea expresada por el apóstol Pedro al hablar del castigo de los ángeles caídos: ¨Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio¨ (2 Pedro 2:4). Pero solamente el hecho de estar acompañado por siempre de las huestes espirituales de maldad, es suficiente para que el infierno sea algo insoportable.

En vista de todo esto, toquemos los siguientes puntos que son pertinentes con relación a este tema:

1.- El Infierno es un Lugar Real.

El infierno no es un estado mental, no es solamente una condición, sino que es un lugar real. El Señor Jesús se refirió a él como un lugar geográfico específico: ¨Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno. Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego¨ (Mateo 18: 8,9).

El infierno no está en la tierra como muchos dicen cuando pasan por dificultades. Y decimos que si las situaciones incómodas que pasamos en la tierra a muchos les parece el infierno, entonces ¿qué será el mismo infierno? Algunos que son adoradores de Satanás también piensan que ellos se podrán adaptar al infierno, pues están conscientes que es a ese lugar al que ellos irán juntamente con Satanás y sus demonios. Pero esta es una forma como Satanás los engaña, pues el infierno no es un lugar a donde nadie va a ir por su propia cuenta, sino porque serán echados allí. Y ni siquiera Satanás estará a gusto en ese lugar, sino que él también será atormentado: ¨serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes¨ (Mateo 8:12).

El infierno fue hecho para el diablo y sus ángeles, no para los hombres: ¨Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles¨ (Mateo 25:41). Pero se irán allí los que rechacen la salvación que sólo Jesucristo puede dar.

El infierno es un lugar terrible. No hay un lugar más terrible que este, porque es el único lugar donde Dios no está. El Señor Jesús utilizó como símil del infierno el basurero fuera de la ciudad de Jerusalén, que identifica el valle de Hinom de 2 Crónicas 28:3 donde los niños eran sacrificados a Moloc: ¨Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había arrojado de la presencia de los hijos de Israel¨. En este lugar denominado gehenna, había un fuego constante e inextinguible donde la porquería era quemada. Entonces, el infierno es un lugar de constante angustia y desesperación, que no tiene ni un instante de sosiego. Por eso la Biblia lo denomina como un lugar de tormento eterno: ¨Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagarᨠ(Mateo 3:12). Esto se refiere a las llamas del infierno, y son llamas reales. Y es muy posible que no sean como las llamas que nosotros estamos acostumbrados a ver, sino que es algo indescriptible. Estas llamas no solo atormentan el cuerpo, sino también el alma.

El infierno es un lugar tan real, que no deberíamos pasarlo por alto en ningún momento.

2.- El Infierno es el Unico Destino de los Perdidos.

No hay lugares intermedios, como el limbo o el purgatorio. El limbo es descrito como un estado indefinido, ni se está en el cielo, ni se está en el infierno. Es además descrito como un lugar donde los seres humanos que mueren están en un estado nebuloso de absoluta inconsciencia. Pero la descripción de este supuesto lugar no cuadra con lo que vemos relatado en la Biblia, pues las personas que mueren, sean incrédulos o creyentes, son conscientes de su existencia en el más allá. En la historia del rico y Lázaro narrada por Jesús, vemos que tanto el rico que estaba en el hades, así como Lázaro que estaba en el cielo, eran conscientes de su existencia (Lucas 16:19-31). Además Jesús se refirió a personajes de la antigüedad que estaban muertos, como que estaban vivos en el cielo: ¨Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven¨ (Lucas 20:37,38).

El purgatorio es descrito como un lugar a donde van las almas una vez que han muerto, para supuestamente ser purificadas, de modo que puedan salvar los obstáculos que le impiden entrar al cielo. Pero nada de esto está en la Biblia. Si una persona no se arrepiente en vida, no es posible hacer nada para salvarle. La Biblia establece que la fe en Jesucristo es lo único que salva y libra del infierno eterno. Y esto es algo que se debe hacer en este mundo, antes de morir: ¨sea notorio a todos vosotros, y a todo el pueblo de Israel, que en el nombre de Jesucristo de Nazaret, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de los muertos, por él este hombre está en vuestra presencia sano. Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos¨ (Hechos 4: 10-12). La única manera que una persona tiene para ser salvo es la que Dios ya ha establecido y que constituye la piedra angular de la fe, que solamente en Cristo hay salvación.

El purgatorio es un invento de los hombres, es una idea novelesca de Dante Alighieri en ¨La Divina Comedia¨, pero el infierno es realidad, una realidad a la que no deberías enfrentarte.

El infierno es el otro extremo, es la antítesis del cielo: ¨E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna¨ (Mateo 25:46). En el libro de Job tenemos una descripción de este lugar definido como la morada de los impíos: ¨Porque red será echada a sus pies, y sobre mallas andará. Lazo prenderá su calcañar; se afirmará la trampa contra él. Su cuerda está escondida en la tierra, y una trampa le aguarda en la senda. De todas partes lo asombrarán temores, y le harán huir desconcertado. Serán gastadas de hambre sus fuerzas, y a su lado estará preparado quebrantamiento. La enfermedad roerá su piel, y a sus miembros devorará el primogénito de la muerte. Su confianza será arrancada de su tienda, y al rey de los espantos será conducido. En su tienda morará como si no fuese suya; piedra de azufre será esparcida sobre su morada. Abajo se secarán sus raíces, y arriba serán cortadas sus ramas. Su memoria perecerá de la tierra, y no tendrá nombre por las calles. De la luz será lanzado a las tinieblas, y echado fuera del mundo. No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, ni quien le suceda en sus moradas. Sobre su día se espantarán los de occidente, y pavor caerá sobre los de oriente. Ciertamente tales son las moradas del impío, y este será el lugar del que no conoció a Dios¨ (Job 18:8-21).

3.- El Infierno es Eterno.

El infierno es para siempre, castigo eterno: ¨Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero; y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre¨ (Apocalipsis 14: 9-11). Es un lugar de tormento eterno.

No es aniquilación como enseñan los adventistas y los llamados testigos de Jehová.

El infierno es la muerte segunda: ¨El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte¨ (Apocalipsis 2:20). ¨Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda¨ (Apocalipsis 21:8). La muerte segunda es lo contrario de la muerte física, es la separación eterna de Dios, eso es lo que es el infierno. En este lugar se ha perdido toda esperanza de salvación.

El infierno es muerte eterna, lo contrario de la vida eterna.

Leandro González


Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 10 de Octubre de 2010.

martes, 12 de octubre de 2010

SATANAS

Apocalipsis 12:9

¨Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él¨. 

Satanás parece haber sido el principal entre sus iguales, los ángeles. Existen pasajes bíblicos que parecen hablarnos de la dignidad que en el principio tenía Lucifer o Luzbel, que significa ¨lucero de la mañana¨, que era su nombre original; pero que fue transformado de pronto en Satanás, del término hebreo ¨Shatan¨, que quiere decir ¨el adversario¨ o ¨enemigo¨, el que se opone a Dios y a sus criaturas. En este sentido podemos mirar en Isaías 14:12-14 donde parece narrarse la manera como ocurrió su caída: ¨¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo¨. 


Este ángel se volvió perverso. Se desvaneció toda la integridad con que Dios lo había creado. Su pecado fue el orgullo, de manera específica el egocentrismo, y por esto se volvió soberbio. En la referencia que hace el profeta Ezequiel al rey de Tiro, parece darnos detalles de lo que provocó la ruina de este ángel en rebelión. En este pasaje se lo nombra como ¨querubín protector¨: ¨Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.  Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser¨ (Ezequiel 28: 12-19).

Hablemos primero de:

1.- Cómo Satanás se volvió Satanás.

Según la descripción que vemos en el pasaje anterior, Satanás era un ángel creado que gozaba de toda la confianza y aprecio departe de Dios. Pero él quiso apropiarse del trono de su Creador, se olvidó de toda prudencia. Su deseo de ser igual que Dios dominó toda su voluntad, esa fue la locura de su propia tentación. Por esta causa podemos decir que el diablo es el enemigo de él mismo, puesto que provocó su propia ruina. Pero no estaba solo en su pretensión, fueron muchos los complotados, tantos que no se sabe la cuenta. Los demonios son sus compañeros de perdición.

Satanás, al rebelarse contra Dios, dio inicio al pecado. Satanás se sublevó, porque como los demás ángeles, tenía voluntad propia, de otra manera no hubiera podido hacer lo contrario de lo que Dios había determinado para él.

Es irreversible el estado condenatorio de Satanás. Ni él ni los ángeles que le siguieron tienen ninguna posibilidad de salvación. Satanás tomó una decisión que le perjudicó. Las decisiones que tomamos nos pueden edificar o nos pueden destruir. Debemos medir las consecuencias de nuestros actos. Satanás despreció el reino de la luz en donde él vivía y al que él pertenecía, lo cambió por el reino de las tinieblas. El prefería ser el emperador del mal, antes que ser uno más en el reino del bien.

Una persona no puede decidir ser malo, y continuar siendo bueno. Precisamente, el gran pecado de Satanás estuvo en que siendo hecho de toda bondad, fue hallada en él maldad. El es el engendro de su propia perversión. Siendo hecho perfectamente bueno, él mismo se convirtió en alguien perfectamente malo. Se hizo incapaz de soportar toda la bondad que Dios había depositado en él.

Los ángeles fueron hechos espíritus puros, con la misión de asistir a su Creador en el estado más privilegiado que ser alguno pudiera disfrutar jamás. Entonces Satanás fue su propio seductor, y de esta manera se convirtió en el padre de todo engaño, porque fue capaz de creerse su propia mentira. En este sentido Satanás es víctima de su propio error. Satanás es el primer victimario y su primera propia víctima.

Satanás perdió algo que no recuperará Jamás: Su comunión con Dios.

Satanás, con su ejército de tinieblas, es el individuo malo y poderoso más peligroso. Yendo y viniendo de las entrañas de las ¨tienieblas de afuera¨, el confinamiento al que Dios lo arrojó junto a sus compañeros, Satanás se mueve en su reino espectral, actuando siempre en las sombras, que es su ámbito: lo escondido, lo oculto.

Satanás no pierde tiempo para inflar con sus ínfulas a cualquiera que se cruce en su camino, y hasta al que no se le cruce, porque él no pierde tiempo.

Pero el diablo no salió del paraíso por su propia cuenta. Una gran batalla se tiene que haber dado lugar en el cielo para expulsarlo de allí. Esta tiene que haber sido la primera gran batalla cósmica y el inicio de la guerra entre el bien y el mal. Pero es evidente que el mal fue vencido por el bien, y así se marcó el destino de Satanás y la definitiva derrota del mal. Y esto es muy bueno, porque  significa que siempre el bien triunfará sobre el mal.

Veamos ahora,

2.- Como Satanás Se Ha Comportado a lo Largo de la Historia.

Primeramente veamos cómo Satanás ha actuado en la caída del hombre. En Génesis 3 vemos la narración de este fatídico acontecimiento. El propósito de Satanás es destruir la obra tan hermosa que Dios ha hecho: ¨El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir¨ (Juan 10:10). Mientras Dios construye, Satanás va detrás tratando de destruir, eso es algo que vemos a diario en personas que muestran con sus actos la misma tendencia destructiva del enemigo. Es triste ver el panorama de lo ocurrido en el jardín del Edén, Adán y Eva le hicieron caso a Satanás, y desoyeron la voz de Dios. Cuando dejamos que Satanás mine nuestra casa, es seguro que descuidaremos nuestra relación con Dios. Debemos aprender a decirle a Satanás como le dijo Jesús: ¨Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás¨ (Mateo 4:10).

En segundo lugar veamos cómo Satanás ha actuado en los intentos para evitar la restauración del hombre. Desde que el hombre pecó, Dios dejó establecido que un día el hombre sería restaurado. En el mismo lugar donde el hombre pecó, allí mismo estableció la manera como vendría la salvación a la humanidad: ¨Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar¨ (Génesis 3:15). Este versículo claramente nos habla de la obra salvífica de Jesucristo. Satanás intentó por todos los medios evitar que esta profecía se cumpliera, pero es evidente que no pudo lograr su propósito, pues Jesús vino a este mundo mediante la encarnación para ser el salvador de todo aquel que en él cree: ¨Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna¨ (Juan 3:16).

Y finalmente echemos un vistazo a la manera cómo Satanás fue derrotado definitivamente en el Calvario. El último gran intento de Satanás de frustrar la obra salvadora de Dios ocurrió en el jardín de Getsemaní. Allí en aquel lugar Jesús sufría por todo el peso del mundo puesto sobre él. Por este motivo ora al Padre: ¨Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad¨ (Mateo 26:42). Pero Jesús fue al Calvario y dio su vida por todos los pecadores, murió en una cruz para vencer con su muerte la condena por el pecado, murió por todos, en lugar de todos. Es por esto que cada uno debe creer en él para ser salvo del pecado, de la muerte, del infierno y de Satanás: ¨Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado, la ley. Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo¨ (I Corintios 15:54-57). 

Por eso, es bueno que veamos:

3.- Cómo Satanás Ya No Es Una Amenaza Para el Cristiano.

Con relación a este tema debemos saber que Satanás no tiene poder sobre tu vida, si te sometes constantemente al dominio de Cristo y luchas con la armadura de Dios que está descrita en Efesios 6: 13-18: ¨Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos¨.

Es imposible que Satanás o los demonios puedan tomar posesión de un cristiano, pues la Biblia dice: ¨¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios,Y ellos serán mi pueblo¨ (2 Corintios 6:15-16).

Con la victoria de Jesucristo en el Calvario, la Biblia nos dice que somos más que vencedores. Lo que tenemos que hacer es lo que nos dice Santiago: ¨Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros¨ (Santiago 4:7).

La Resurrección de Jesucristo despejó toda incertidumbre y garantiza la victoria sobre Satanás, verdaderamente él es el único que puede salvar al pecador.  

Satanás es todo lo contrario de lo que es Jesucristo: Teniendo razones para despreciarnos, Jesucristo es nuestro amigo, Satanás, sin razón es nuestro enemigo. Teniendo motivos de sobra para acusarnos, Jesucristo se convierte en  nuestro abogado, pero Satanás es nuestro acusador sin causa. Jesucristo nos dice: ¨yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia¨ (Juan 10:10). ¡Gracias Señor por redimirnos del secuestro de Satanás!

Leandro González

Mensaje predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 10 de Octubre de 2010.