lunes, 7 de junio de 2010

LA LIBERTAD RELIGIOSA

Hechos 4:20

¨Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído¨.

Una de las razones porqué Adán y Eva pecaron es porque tenían libertad de conciencia. Cuando Dios hizo al hombre, la Biblia nos dice que lo hizo ¨a su imagen y semejanza¨: ¨Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó¨ (Génesis 1:27). Entre otras cosas esto quiere decir que el hombre fue hecho con la capacidad de pensar, y también significa que el hombre tenía la capacidad de discernir, de tomar sus propias decisiones. Dios no hizo un autómata o robot programado para que respondiera automáticamente sólo a sus decisiones. Aunque Dios le dijo al hombre lo que era bueno y lo que era malo, y le dio instrucciones acerca de la conducta que debía tener, pero lo dejó en libertad de decidir qué acciones tomar. Si el hombre no hubiera tenido esta libertad, es seguro que no hubiera podido pecar.

Dios hizo al hombre así, porque él no desea tener criaturas que sean fieles a él por imposición, sino criaturas que deseen ser fieles a él porque conscientemente le aman y desean serles obedientes, que se sienten bien siendo hijos de El. Dios hizo al hombre así, porque quería crear un ser con dignidad propia, un ser responsable, capaz de responder por sus acciones. Es por esta capacidad que Dios nombra al hombre como mayordomo del planeta que puso a sus pies: ¨Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar¨ (Salmos 8:6-8).

El hombre también es consciente de las consecuencias de sus malos actos. El hombre actúa sabiendo lo que le espera como resultado de sus actos, y esto es algo que Dios le ha manifestado. Dios ha puesto en el hombre una conciencia moral que le dice lo que es bueno y lo que es malo. Así que, en lo más profundo de su ser, el hombre sabe cuándo está haciendo algo que es malo y cuándo está haciendo algo que es bueno. Sólo los seres humanos podemos ser sujetos a los que se les puede demandar una conducta moral, cosa que no podemos demandar de los animales o de los vegetales, por ejemplo. Todo esto nos habla de la gran diferencia que existe entre un ser humano y un animal.

Es por este motivo que creemos en la prerrogativa humana de la libertad religiosa. Y es también por esto que condenamos el hecho de que el gobierno dominicano tenga un acuerdo con el Estado Vaticano para imponer la religión católica romana como la religión del Estado. El Estado como entidad debe ser neutral en asuntos de conciencia religiosa, pues el Estado está compuesto por individuos e instituciones de diferentes credos religiosos e ideas filosóficas. El Estado deja de ser democrático cuando determina una religión o una filosofía a seguir. Esta cuestión es una herencia de nuestro patricio Juan Pablo Duarte que no compartimos, aunque lo hizo de buena fe, porque pensaba que era lo mejor para la nación, pero al hacerlo actuó de forma paternalista. Este es el texto extraído del Ideario de Duarte, el cual transcribimos aquí para su conocimiento: ¨La religión predominante en el Estado deberá ser siempre la Católica, Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de cultos y de sociedades no contraídas a la moral pública y caridad evangélica¨ (Ideario de Juan Pablo Duarte). En una sociedad organizada no se puede imponer a individuos adultos las decisiones que tienen que ver con su conciencia religiosa; ya que esto no es función del Estado, sino que es un privilegio único de cada individuo en particular. Basta con hacer constar en la constitución que toda persona tiene derecho de profesar la religión que desee, siempre y cuando no lesione la moral y las buenas costumbres. El Estado no debe inmiscuirse en asuntos de creencia de los ciudadanos y mucho menos debe favorecer a ninguna religión en particular, porque esto siempre irá en detrimento de las demás religiones.

El ser humano es religioso por naturaleza, como ha dicho alguien: ¨Sin religión, lo mismo que sin corazón, el hombre no puede vivir¨ Por lo tanto es inmoral que el ser humano sea condenado a la obligación de someterse a una religión impuesta. Aún los ateos tienen su propia religión que debe ser respetada, su religión es no creer en Dios, la incredulidad, y la profesan con mucha vehemencia. Aunque el ateo lo vea de otra manera, la verdad es que su ateismo es su religión, cuya doctrina es la negación de Dios. Allá los ateos con su creencia, siempre y cuando no impidan a los demás tener su propia fe. Los cristianos tenemos que estar de acuerdo con el pluralismo ideológico, también nosotros somos parte de ese conjunto de pensamientos y creencias. Aún cuando sabemos que la verdad está en la Biblia, los cristianos somos consciente de que no podemos imponerla a ninguna persona o cultura; pero tampoco podemos permitir que ninguna persona nos diga qué creer y como adorar a Dios.

Basados en esta preocupación de la libertad religiosa, me permito plantear los siguientes tres postulados:

1.- Toda Persona Tiene Derecho de Creer lo que Quiera.

Vivimos en un mundo pluralista. Es contraproducente que a estas alturas haya quien pretenda imponer sus ideas, pero sucede con mucha frecuencia. Aun muchos que defienden la filosofía del relativismo con respecto a la verdad, y que están en contra de la contundencia de la verdad bíblica, procuran a toda costa impedir la difusión de la idea de la verdad absoluta. Su prédica relativista comulga muy bien con las ideas materialistas y la concepción de la existencia desde una perspectiva atea, y plantean la teoría de la evolución como un hecho científico, sabiendo que es algo que no ha podido ser probado. Además, se niegan a aceptar que se enseñe en las escuelas y universidades el relato bíblico de la creación, pero no tienen problemas que se enseñe la evolución. Son relativista para lo que les conviene, pero en el fondo son extremistas que tienen la maligna intención de imponer su criterio evolucionista por encima de la razón.

La Declaración de los derechos humanos garantiza la libertad de culto. Nadie tiene derecho sobre lo que otra persona debe creer. Como hemos comentado en otra ocasión, ni aún Dios priva al hombre de esa prerrogativa que es parte de su dignidad como persona humana.

Por causa de este derecho de la libertad de culto, inherente al ser humano en la sociedad, un derecho que faculta a todo individuo como un ente pensante, la historia registra grandes enfrentamientos, provocados por extraordinarios cismas religiosos, como la Reforma Protestante, que se han suscitado, y que han dado origen a beneficiosos cambios para el crecimiento de la conciencia de los individuos y para el desarrollo de las civilizaciones.

Por causa del derecho a pensar libremente existe el denominacionalismo, que permite que cada uno elija de cual lado de una religión particular desea estar, y cuál estilo o forma de adorar prefiere para expresar su fe. Esto naturalmente plantea el riesgo del sectarismo y de la distorsión de la verdad, pero este riesgo es preferible al hermetismo y al absolutismo de una religión única, que coarte el derecho de la libre expresión y difusión del pensamiento. Es hasta científico abrirse a la libertad del debate de las ideas, porque esto puede dar como resultado la madurez y la firmeza de lo que se cree. Como seres humanos libres, siempre surgirán desacuerdos que deben ser planteados y analizados a la luz de una discusión abierta y responsable.

No se debe temer a los debates, pues la verdad siempre saldrá a la luz. Siempre habrá quienes querrán estar del lado del error, y aún ellos tienen derecho de plantear sus puntos de vista y defender su cosmovisión. En un debate se desnuda el error y se reafirma la verdad. Los cristianos sabemos lo que creemos y debemos estar tranquilos y seguros con ello, y no podemos permitir que nadie nos prive de nuestro derecho de creer a la verdad de la Biblia.

2.- Toda Persona Tiene Derecho a Difundir y Enseñar lo que Cree.

El derecho de difundir y enseñar lo que se cree debe ejercerse dentro de un clima de respeto, y observando siempre una conducta que no sea lesiva a la sociedad en general, ni a la dignidad de las demás personas. Debe ser un ejercicio que no violente los derechos de los demás, ni atente contra el buen comportamiento. El derecho que uno tenga a creer, difundir y enseñar lo que cree no debe entorpecer la paz ciudadana, ni dañar de alguna forma la integridad física o moral de los individuos. Pero tampoco se debe esgrimir argumento improcedente como excusa para impedir que alguien exprese lo que cree o tenga derecho a proclamar sus creencias con toda libertad.

Este derecho de difundir y enseñar lo que se cree, no plantea el uso de la fuerza y la coerción para obligar a individuos y a sociedades o culturas a aceptar una religión. El Islamismo plantea lo que ellos llaman la Yijad o guerra santa para imponer su religión a los ¨infieles¨ como ellos llaman a los que no son musulmanes como ellos. Los católicos también han empleado este método en el pasado para imponer su religión, recordemos Las Cruzadas. Los españoles, en su expansión colonialista en las Américas, impusieron la cruz por medio de la espada a los aborígenes, cometiendo genocidio contra los que se negaron a someterse a la nueva religión. En este afán por obligar a los hombres a aceptar la fe, se han llevado a cabo las más abusivas campañas, y se han planteado los más descabellados procedimientos, que son contrarios totalmente al espíritu de amor de nuestro Señor Jesucristo. Agustín de Hipona, el famoso San Agustín, por ejemplo, llegó a decir: ¨ que si los herejes, los cismáticos (y por el contexto también miembros de otras religiones, judíos o paganos) no quieren comprender las bellezas y verdades del cristianismo, habrá que decidirse a hacerles la guerra¨ (en la Réplica a Gaudencio. -Tomado de Wikipedia).

Jamás podemos estar de acuerdo con imponer una religión a ninguna persona, aunque esa religión sea la nuestra. Con la excusa de convertir a los habitantes originarios de nuestra isla La Española, los colonialistas dieron un trato inhumano a los indígenas nativos, crueldades que concitaron la aguerrida ofensiva de frailes tan valientes como Fray Antón de Montesinos. Es muy famoso su Sermón de Adviento de 1511, en el que denuncia con firmeza la maldad de los oficiales españoles: ¨Para os los dar a conocer (los pecados contra los indios) me he subido aquí, yo soy voz de Cristo en el desierto de esta isla y, por tanto, conviene que con atención no cualquiera, sino con todo vuestro corazón y con todos vuestros sentidos la oigáis; la cual será la más nueva que nunca oísteis, la más áspera y dura y más espantable y peligrosa que jamás pensasteis oír... Esta voz dice que todos estáis en pecado mortal y en él vivís y morís, por la crueldad y tiranía que usáis con estas inocentes gentes. Decid ¿con qué derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas, con muertos y estragos nunca oídos, habéis consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni curarlos de sus enfermedades, que de los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren, y por mejor decir los matáis por sacar y adquirir oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine, y conozcan a su Dios y Criador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y los domingos? Estos, ¿no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís? ¿Cómo estáis en tan profundidad, de sueño tan letárgico, dormidos? Tened por cierto, que en el estado en que estáis, no os podéis más salvar, que los moros o turcos que carecen y no quieren la fe de Jesucristo. Ego vox clamantis in deserto¨ (Fragmento del Sermón en Defensa de los Indios en Dominicos.org - Tomado de Wikipedia).

Nuestro Señor Jesucristo nos dio la orden de hacer discípulos en todas las naciones, y nos dijo cuál era el método, no es con la espada, sino con la predicación del evangelio del amor: ¨No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos¨ (Zacarías 4:6).

3.- Toda Persona Tiene Derecho a Defenderse de Cualquier Fuerza Que Atente Contra su Libertad de Creencia.

El primero que está en contra de toda fuerza opresora que impida la libertad de conciencia, es Dios. Dios es el defensor de los que son reprimidos en el mundo por causa de sus creencias, a los que se les coarta su derecho a privilegios esenciales. Los cristianos debemos oponernos a cualquier tipo de represión contra alguna persona o grupo por causa de su creencia, pues hemos sido perseguidos a lo largo de toda la historia por creer en Jesucristo.

Los cristianos no podemos detener la expansión del evangelio en el mundo por temor a la represión que se haga en contra de nuestra fe, ya sea por parte de algún gobierno o departe de alguna religión. Desde el principio los creyentes en Jesucristo han tenido que batallar fieramente por el derecho de difundir y enseñar el evangelio de Jesucristo. El apóstol Pablo nos dice como tuvo que lidiar contra grandes obstáculos para llevar el evangelio al mundo: ¨Si como hombre batallé en Efeso contra fieras¨ (I Corintios 15:32).

El propio apóstol Pablo nos da una descripción de cómo el cristiano debe vestirse de toda la armadura de Dios para lidiar en la guerra espiritual contra las huestes espirituales de maldad que se oponen al avance del evangelio en el mundo: ¨Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar¨ (Efesios 6:12-20).

Satanás es quien ha estado detrás de todo intento por acallar la voz de la verdad y privar así al hombre de conocer a Jesucristo y ser salvo. El anticristo desatará una persecución final contra los creyentes para impedir que ejerzan su fe con libertad, pero Dios enviará su ayuda desde lo alto para proteger a los suyos en esta grande hora de prueba.

Leandro González.
Sermón predicado en la Primera Iglesia Bautista de Mao, República Dominicana, el 6 de junio de 2010.


LO QUE UN JOVEN PUEDE LLEGAR A SER

Génesis 39: 23b

¨Porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba¨.

Hoy mi mensaje es para los jóvenes. Creo que es necesario que dediquemos más tiempo a la juventud y que más personas que tienen el llamado de Dios para trabajar con ellos asuman su responsabilidad. La sociedad se está cayendo a pedazos y hay muchos jóvenes que están desperdiciando sus vidas aún dentro de las iglesias.

Estoy asombrado que la mayoría de las personas que pueblan nuestras cárceles acusados de diversos delitos, y especialmente relacionados con drogas, son jóvenes. Muchos de ellos no llegan a los veinte años. Una gran cantidad de atracos y asesinatos son cometidos por adolescentes. La iglesia puede salvar a muchos muchachos que están en esta condición y hacer que baje esta estadística de muerte y destrucción.

Todos sabemos que hay un gran mal que afecta al mundo entero, y es el narcotráfico. Muchos centros de atención a personas con problemas de drogas están repletos de niños con problemas de adicción, y muchos crímenes son cometidos bajo los efectos de narcóticos.

Este es un problema que tiene su origen en la familia, estas son cosas que se aprenden en casa. Hay muchas de esas vidas que lamentablemente no se vislumbra una solución para ellos. Alguno podrá ser alcanzado con la gracia de Dios como pasó con el ladrón de la cruz en el último momento de su vida. Es posible que algunos logren ser restaurados y reinsertados en la sociedad con los programas de rehabilitación que existen por parte del Estado. Pero el problema es mucho más complejo, pues vivimos en una sociedad donde las instituciones llamadas a combatir el crimen y la delincuencia, han dado indicios de complicidad con los males que están llamados a combatir, y siendo así, la lucha contra la criminalidad se vuelve infructuosa.

Es por todo esto que debemos trabajar con tesón para salvar a los que todavía no han sido contaminados. Debemos luchar por formar una nueva generación de hombres y mujeres con un carácter firme contra el mal. Y esos hombres y mujeres que la sociedad y el mundo necesitan tienen que salir de las iglesias, de familias verdaderamente cristianas. Es posible que algunos que están empezando ahora a dar malos pasos puedan ser corregidos antes de que se pierdan definitivamente.

A los jóvenes que están aquí les digo que llegó el momento de que comiencen a verse como Dios los ve. Dios tiene un plan y un propósito especial en tu vida, así que estás a tiempo para comenzar de nuevo. Es por esto que esta noche te invito a ver lo que un joven puede llegar a ser, y quiero que lo veamos a la luz de la vida de José.

1.- Un Joven Puede Llegar a Ser El Mejor Hijo Que Unos Padres Puedan Tener.

El día que José nació en el hogar de sus padres, Jacob y Raquel, ella dijo: ¨Dios ha quitado mi afrenta¨ (Génesis 30:23). Esta mujer estaba angustiada porque no podía tener hijos, y Dios le concedió la dicha de ser madre, y esto trajo sosiego y paz a su corazón.

Cuando tú naciste trajiste dicha al seno de tu hogar, no naciste para ser una afrenta, naciste para ser el orgullo de la familia, y tus padres siguen esperando que siga siendo así. Cuando eras un bebé, tu madre te tomó en sus brazos y te cuidó, te amamantó. Y tanto para ella como para tu padre, has sido siempre una gran esperanza. Ellos han puesto en ti todo el empeño del que han sido capaces; se puede decir que han apostado a ti, por lo tanto tú no debes defraudarles, debes ser el hijo o la hija que ellos desean que tú seas.

Tus padres esperan de ti respeto, que seas una persona decente, que tomes en cuenta las instrucciones que desde niño has recibido, que seas un joven creyente como se te ha enseñado desde pequeño, como dice la Biblia que fue instruido Timoteo: ¨Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús¨ (2 Timoteo 3:14,15). Tus padres esperan de ti que sigas sus pasos en los caminos del Señor. No importa cuál sea la carrera que elijas, tus padres esperan de ti que estés involucrado en algún ministerio dentro de tu iglesia, quieren verte ocupado en las cosas del Señor.

José fue un hijo ejemplar, era el orgullo de su padre. Tú puedes ser el orgullo de tus padres; cada hijo puede llegar a serlo con su forma especial de ser cuando cumple su rol y sabe ganarse el cariño de sus padres, porque cada hijo de alguna manera es especial para sus padres. Pero los hijos deben tener buen comportamiento, para así ganarse el aprecio y alabanza de sus padres. José era muy querido de su padre por muchas razones. ¿Cuáles son las razones porqué piensas que puedes ser muy querido y amado por tus padres? ¿Crees que tu forma de ser y de comportarte te hacen merecedor del cariño y aprecio de tus padres? ¿O piensas que hay ciertas actitudes en ti que justifican que tus padres no se sientan tan contentos contigo? En todo caso, quien tiene el deber de agradar a sus padres, eres tú.

Cada hijo debe procurar ser el mejor hijo que unos padres puedan tener. No basta con la alegría que tú diste al nacer, al paso de los años es necesario que justifiques tu existencia en este mundo y tu pertenencia a una familia. Si haces lo bueno, serás alabado, pero si haces lo malo, recibirás la retribución debida. Debes ocuparte en dar la mayor satisfacción a tus padres.

2.- Un Joven Puede Llegar a Ser El Mejor Hermano Que Se Puede Tener.

José era parte de una familia sui generis, o sea, muy especial. El formaba parte de lo que después se convertiría en el pueblo de Israel. Por ese motivo y por otros muchos, aquella era una familia muy especial. El padre de José, Jacob, había procreado sus hijos con muchas mujeres: con sus dos esposas que eran hermanas, y con las siervas o esclavas de éstas. Pero, aunque todos esos muchachos fueron criados juntos, nació entre ellos una rivalidad con la que el padre tendría que lidiar toda su vida. Esta era una consecuencia del estilo de vida que este hombre eligió según su costumbre ancestral, pero que Dios no aprobaba.

Nosotros sabemos que lo que Dios aprueba es que un hombre se case con una sola mujer y así formen una familia. El propio Señor Jesucristo lo reafirma en el Nuevo Testamento: ¨pero al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno¨ (Marcos 10:6-8). Lo que se hace fuera de esto es siempre contrario a lo que Dios ha establecido, y provocará conflictos tan serios como el que se provocó cuando Abraham, en su intento de ayudar a Dios, tuvo un hijo con la sierva de su esposa Sara. Este hecho ha traído tan graves consecuencias que perdura hasta el día de hoy: el conflicto árabe-israelí.

Había siempre disputas entre los hermanos de José por causa del amor especial que Jacob sentía por José. José, por su juventud y bondad, resultaba un ser ingenuo. El le contaba cosas a sus hermanos de las revelaciones de Dios que lo mostraban a él como el principal entre su familia, lo que acentuaba el desprecio que sentían contra él. Todo esto provocaba celos y odio contra su hermano, a tal punto que los llevó a pensar en cometer fratricidio, el cual fue evitado por uno de los hermanos. En cambio, decidieron a juicio de ellos, un mal menor: venderlo como esclavo. Así lo hicieron, y al padre lo engañaron diciéndole que una fiera había devorado a José.

José era un joven de apenas diecisiete años cuando sus hermanos cometieron esta crueldad contra él: ¨Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos¨ (Génesis 37:2).



Lo vendieron a unos mercaderes por veinte piezas de plata: ¨Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto¨(Génesis 37:28). Por esto y por muchas similitudes de la vida de José con la de Jesús, se ha llegado a identificar a éste como un tipo de Cristo. Jesús fue vendido por uno de los doce por treinta piezas de plata: ¨y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata¨ (Mateo 26:15).

Los mercaderes que compraron a José lo vendieron a un oficial del faraón de Egipto, llamado Potifar, el cual vio cualidades especiales en José, y por este motivo lo colocó en la administración de su casa, lo hizo el hombre de su absoluta confianza. Noten ustedes como la Biblia nos dice que a pesar de toda la maldad que sus hermanos hicieron contra él, Dios estaba con él; y esto era tan evidente, que hasta los impíos se daban cuenta de ello: ¨Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano¨ (Génesis 39:3).

Pero Satanás se había ensañado contra José. De igual forma, Satanás se ensañará contigo siempre que hagas lo correcto, pero tú sigue adelante confiando sólo en Dios. La esposa de Potifar se ilusionó de tal forma con José que lo asediaba constantemente para que éste satisficiera sus deseos pasionales. Pero José se mantuvo firme en sus convicciones. Al verse rechazada, ella lo calumnió de tal manera, que fue a parar a la cárcel. Pero aún en la cárcel Dios seguía estando con él: ¨Pero Jehová estaba con José y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel¨ (Génesis 39:21). Si tú eres fiel a Dios, Dios siempre estará contigo en toda circunstancia. Vemos como José aún en la cárcel se ganó la confianza del carcelero, el cual lo puso al cuidado de todos los presos: ¨Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía¨ (Génesis 39:22).

La historia de esta infamia cometida por unos hermanos contra otro, termina de una manera espectacular. Como nos dice la Biblia, sus hermanos quisieron hacerle un daño, y se puede decir que se lo hicieron sin lugar a dudas, porque lo separaron de su padre y de su hermano Benjamín por largos años; pero Dios transformó todo esto en bendición, tal y como ocurre siempre con los hijos de Dios: ¨Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados¨ (Romanos 8:28).

Andando el tiempo José llegó a ser el gobernador de todo Egipto. Fue de victoria en victoria en medio de todas las calamidades que le acontecieron. ¿A quién no le gustaría tener un hermano que llegara a ser presidente o por lo menos ministro del gobierno? Los hermanos de José no pensaron que volverían a verlo, y mucho menos que José llegaría a ser el personaje tan importante que llegó a ser en la nación más poderosa de la tierra. Después del faraón, José era el hombre más importante de todo Egipto.

La grandeza de José estaba en que a pesar de todo el mal que sus hermanos le hicieron, él tuvo un corazón perdonador para con ellos. ¿A quién no le gustaría tener un hermano con un corazón como el de José? Sus hermanos se llenaron de terror al darse cuenta después de muchos años, que su hermano, al que ellos habían vendido, era ahora el ministro de haciendas de Egipto. Ahora sabían que sus vidas no valían nada. Pero se equivocaron al juzgar a su hermano según la propia condición de ellos. José no era la clase de persona que guarda rencor. José dio la más noble respuesta que se puede dar a personas que han cometido un gran daño: ¨Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón¨ (Génesis 50: 19-21).

José era una persona con un alto concepto de la familia. Además, él estaba comprometido con Dios, y sabía que Dios lo había elegido no para que destruyera a su familia, sino para salvarla. ¡Cuánto tiene que aprender esta sociedad torcida de este personaje! ¡Cuánto tenemos todos que aprender de José de lo sagrado de la familia! Así que tú como José debes procurar ser el mejor hermano que se pueda tener. Debes comportarte a la altura de un hijo de Dios, no rebajarte al nivel de los hijos de Satanás. ¡Cuán agradecidos se deben sentir los judíos de José! El fue un instrumento escogido por Dios para preservar a la nación hebrea. ¿Piensas que has hecho algo por lo que tus hermanos se deban sentir orgullosos de ti?

3.- Un Joven Puede Llegar a Ser El Mejor Ejemplo Que la Sociedad Pueda Exhibir.

José era una persona visionaria, tenía un don especial. Cada persona ha recibido de Dios, al ser procreado, dones naturales; y cuando ha nacido de nuevo, cuando se ha convertido, ha recibido de Dios, por lo menos un don espiritual. José tenía ambas categorías de dones: tenía habilidades como administrador y tenía el don de ver el futuro, de ser un profeta, un hombre visionario. ¿Cuál es la diferencia entre José y muchos otros jóvenes en el día de hoy? Que José usaba sus dones, los que Dios le había dado, y estaba feliz y realizado con ellos. Si usas los dones y talentos que Dios te ha dado y los perfeccionas con el estudio, la dedicación y la consagración, de seguro que lograrás resultados similares a los de José, y serás de gran estima entre tus allegados. Tu reputación correrá como río y tus servicios serán demandados. Pero tienes que ponerle atención a lo que sabes hacer y preocuparte por hacerlo cada vez mejor.

Pero hay un aspecto en la vida de José que lo hace muy especial, y es su integridad. La honradez, la honestidad y la castidad son cualidades que definen a José a toda prueba, cualidades que hoy en día son menospreciadas, incluso por muchos jóvenes que se dicen ser cristianos. José tuvo dominio propio frente a las múltiples tentaciones que se le presentaron en la vida. José sabía como debe comportarse un hombre de Dios. Sabía que la vida no se debe regir por sentimientos, sino por principios. José era un individuo de principios bíblicos.

Los jóvenes cristianos saben como deben conducirse en la sociedad para alcanzar el favor de Dios, antes que el favor de los hombres. El joven cristiano no debe vivir bajo el parámetro de la sociedad, sino bajo el parámetro de Jesucristo, nuestro modelo a seguir. José hubiera podido hacer muchas cosas malas para alcanzar posiciones en la sociedad de Egipto, pero cuáles hubieran sido las consecuencias: Habría perdido el favor de Dios y no hubiera estado en las páginas de la Biblia como un gran héroe de la fe. José pagó el precio de ser fiel a Dios, y fue premiado por Dios por su fidelidad.

Esta sociedad precisa de hombres y mujeres que cambien la triste realidad moral y espiritual que vivimos. Los jóvenes cristianos son los llamados a demostrar mediante su integridad a toda prueba, que se puede cambiar esta bochornosa condición que se manifiesta en el ámbito político y social dentro de esta nación.

Nuestro país precisa de hombres y mujeres cristianos que sientan el llamado para involucrarse en una lucha contra el mal que nos arropa. Tú como joven puedes ser esa persona que esta sociedad necesita.

Leandro González
Mensaje predicado en la Iglesia Evangélica Asamblea de Dios de Mao, República Dominicana, el 5 de junio de 2010.